WASHINGTON.- Estados Unidos reiteró hoy su disposición a dialogar con Corea del Norte sobre el desmantelamiento de su programa nuclear y culpó al régimen de Pyongyang de que no se haya iniciado conversación alguna.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que EE.UU. ha dejado claro que "hablará con Corea del Norte sobre el desmantelamiento de sus programas" atómicos, pero afirmó que los norcoreanos "han elegido desarrollar armas nucleares, aislarse del resto del mundo y no hablar con Estados Unidos".
Mientras tanto, el presidente electo de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, pidió hoy a Estados Unidos que inicie un diálogo con su vecino del Norte, porque Pyonyang sólo quiere hablar con Estados Unidos.
La agencia oficial norcoreana dijo hoy que Pyonyang está completamente preparada "tanto para el diálogo, como para el enfrentamiento".
Pyongyang, según dijo hoy en Moscú el embajador norcoreano en Rusia, Pak Ui-chun, ha ofrecido consultas bilaterales a Washington siempre y cuando Estados Unidos reconozca la soberanía norcoreana, garantice que no atacará Corea del Norte y no obstruya el desarrollo económico de este país.
Pak Ui-chun señaló que su Gobierno no confía en Estados Unidos, pero podría sentarse a la mesa de las negociaciones si Washington acepta una serie de condiciones.
Sin embargo, rechazó la propuesta de EE.UU. de comenzar el diálogo sólo si Corea del Norte da antes marcha atrás en sus decisiones de reanudar su programa atómico, retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y expulsar a los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El Presidente electo surcoreano reiteró hoy la necesidad de que "exista el diálogo entre ese país y Estados Unidos" porque, en opinión de Seúl, Corea del Sur no puede resolver esta crisis.
Roh, sucesor del presidente Kim Dae Jung, subrayó una vez más la importancia de las negociaciones para resolver la crisis que amenaza la seguridad de esa región del mundo.
El Presidente de EE.UU., George W. Bush, ofreció el martes revivir una estancada iniciativa para la entrega de ayuda alimentaria y energética a Corea del Norte si ese país abandona sus esfuerzos por hacerse con un arsenal nuclear.
Esta oferta de diálogo de Bush marcó un giro en la posición de Washington sobre la crisis nuclear, pues hasta ahora EE.UU. se oponía de modo tajante a ofrecer incentivos a cambio de concesiones por parte de Pyongyang.
"Esperamos que no desarrollen armas nucleares, y si deciden no hacerlo, entonces reconsideraré si reiniciamos una iniciativa audaz" para lanzar unas conversaciones sobre ayuda alimentaria y energética, dijo Bush.
Bush insistió en que esta actitud más abierta de Washington no supone una recompensa al régimen comunista de Pyongyang a pesar de su violación reiterada de varios tratados y acuerdos, así como sus amenazas de reanudar las pruebas de misiles balísticos.