CIUDAD DEL VATICANO.- Juan Pablo II invitó hoy a los separados, divorciados y divorciados que han vuelto a casarse a ’’participar en la vida cristiana’’, sin renunciar a las reglas de la Iglesia que les excluye de la administración de los sacramentos.
Durante la audiencia hoy en el Vaticano a la asociación "Equipos Notre-Dame", fundada por el abad Henri Caffarel, el Papa se refirió al tema de su reunión internacional, "Parejas llamadas por Cristo a la Nueva Alianza", y dio señales de apertura hacia las personas que han roto los lazos indisolubles del matrimonio católico.
El anciano Pontífice expresó su "proximidad espiritual con las personas separadas, divorciadas y divorciadas y casadas de nuevo que, como bautizadas, están llamadas, en el respeto de las reglas de la Iglesia, a participar en la vida cristiana".
Tras esta invitación expresa, Juan Pablo II remarcó la necesidad de fortalecer la familia, "frente a las amenazas que la hacen frágil", y subrayó la "alta dignidad" del sacramento del matrimonio "como signo de alianza entre Dios y el hombre, entre Cristo y la Iglesia".
"Para toda su vida -añadió- los esposos cristianos reciben la misión de manifestar, en modo visible, la alianza indestructible de Dios con el mundo (...) y la relación recíproca y total, única e indisoluble, entre un hombre y una mujer llamados a dar la vida".
