BUDAPEST.- La base de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en la pequeña localidad húngara de Taszár acoge ya a los primeros opositores iraquíes al régimen de Saddam Hussein, que serán instruidos por militares estadounidenses para asistir a las tropas aliadas que participen en un eventual ataque contra Irak.
Aunque se habla de la llegada a Taszár de hasta unos 500 disidentes, se desconoce la cifra exacta de personas de origen iraquí que ocupan ya las instalaciones de esta base de la OTAN que dirige el general estadounidense David Barno.
Istvan Gyenesei, presidente del Comité de Defensa de la región sureña, se limitó a confirmar hoy la llegada del primer contingente de opositores iraquíes.
Asimismo comentó que "posiblemente lleguen bastantes menos de los tres mil que originalmente se había previsto". Ellos recibirían preparación como intérpretes o enlaces entre las tropas aliadas y la población iraquí cuando se produzca un eventual ataque.
Gyenesei señaló que tampoco se espera que la instrucción sea necesariamente muy prolongada, si bien el general Barno había admitido anteriormente que la mayoría carece de experiencia militar.
El representante húngaro agregó que los disidentes que lleguen a la base serán controlados primero por las autoridades estadounidenses y luego por las húngaras para tener seguridad plena sobre su identidad.
Gyenesei explicó que "tenemos todas las informaciones necesarias sobre la marcha de la instrucción, que se realiza en una zona de la base protegida por un sistema doble de muros, aunque hay cosas que, por razones de seguridad, no podremos compartir con la población".
Los iraquíes recibirán preparación sobre terminología militar, técnicas de comunicación y administración pública, así como un breve adiestramiento sobre el uso de armas cortas de defensa propia.
Los habitantes de Taszár y localidades vecinas han mostrado gran preocupación por la presencia de iraquíes en la base militar y su temor a posibles acciones terroristas, lo que tanto Gyenesei como el ministro de Defensa húngaro, Ferenc Juhász, han descartado ya en ocasiones anteriores.
Para incrementar la seguridad de la zona, unidades militares húngaras patrullan junto con soldados estadounidenses para controlar los muros exteriores de la base.
A pesar de todas las medidas de seguridad, según varias encuestas, la mitad de los húngaros teme que la presencia de iraquíes opuestos al régimen de Saddam Hussein convierta a Hungría en blanco de acciones terroristas.