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Los inspectores de la ONU evacúan Irak tras el ultimátum de Bush

Los expertos partieron hacia Chipre en un Boeing 727 de Naciones Unidas con 156 pasajeros a bordo, de ellos 60 especialistas y el resto personal asistente, tras una misión de casi cuatro meses en los que buscaron sin encontrar armamento de destrucción masiva.

18 de Marzo de 2003 | 09:50 | EFE
BAGDAD.- Los inspectores de armas de la ONU evacuaron hoy por vía aérea Bagdad tras el ultimátum del Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, de atacar Irak si antes de la madrugada del jueves Saddam Hussein no abandona el poder y el país.

Los expertos partieron hacia Chipre en un Boeing 727 de Naciones Unidas con 156 pasajeros a bordo, de ellos 60 especialistas y el resto personal asistente, tras una misión de casi cuatro meses en los que buscaron sin encontrar armamento de destrucción masiva.

Según pudieron comprobar los periodistas tras una valla frente a la pista del aeropuerto Saddam Hussein, los inspectores embarcaron con sus equipajes en un ambiente relajado y tras despedirse de manera efusiva de un grupo de funcionarios iraquíes.

La mayoría de ellos sonreían y ninguno hizo declaraciones, incluido su portavoz, el japonés Hiro Ueki.

La evacuación pone punto final a una labor que se inició el 27 de noviembre pasado, cuando los expertos reanudaron el trabajo que dejaron pendiente los de la anterior misión de inspección, integrados en la Comisión Especial de Naciones Unidas (UNSCOM).

Esos primeros técnicos abandonaron en 1998 Irak tras acusar de falta de colaboración al régimen de Bagdad, lo que provocó una fuerte campaña de bombardeos norteamericanos y británicos que tuvo 72 horas de duración con el nombre de Operación "Zorro del Desierto".

El mismo argumento esgrimen ahora Bush y el Primer Ministro británico, Tony Blair, para lanzar el nuevo ataque, esta vez de carácter masivo y con el objetivo de derrocar a Saddam Hussein.

Los especialistas llegaron encuadrados en la Comisión de Control, Inspección, y Verificación de la ONU (UNMOVIC) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), bajo el mando del sueco Hans Blix el primer grupo y del egipcio Mohamed EL Baradei el segundo.

El contingente llegó a estar compuesto por 120 técnicos a principios de año, cuando su tarea de inspección alcanzó su máximo ritmo con la supervisión diaria de hasta veinte lugares sospechosos.

Fábricas, cuarteles, laboratorios, instalaciones militares, compañías públicas y privadas, y los palacios presidenciales del líder iraquí recibieron la visita de los inspectores, que según las autoridades de Bagdad investigaron en 300 diferentes sitios.

Al menos una veintena de científicos que colaboraron en la elaboración de los programas de la Comisión de Industrialización Militar Iraquí fueron entrevistados por los expertos, que contaron para su labor con la ayuda de helicópteros y aviones espía U-2.

Blix y El Baradei visitaron durante ese tiempo tres veces Bagdad y en todos los casos para tratar de que el régimen iraquí incrementara su cooperación con las inspecciones.

Tras cada una de esas estancias, ambos sometieron al Consejo de Seguridad informes en que dieron cuenta de que Irak colaboraba poco a poco más con la misión, aunque nunca al nivel suficiente. En palabras de Blix, la cooperación no era "en sustancia".

El régimen de Bagdad invitó el pasado viernes a Blix y El Baradei para que visitaran de nuevo esta capital, "lo antes posible" y con el propósito de proseguir con la colaboración "en todos los ámbitos" a fin de resolver "todos los asuntos pendientes".

Los inspectores abandonaron Irak sin que esa última invitación hubiera recibido respuesta.

Uno de los inspectores, el chino Yutin Jin, encontró la muerte al toparse con un camión que venía en sentido contrario el vehículo en que regresaba de realizar su trabajo.

El accidente se produjo el viernes, a cuatro días de que sus compañeros se pusieran a salvo y a seis del calendario fijado para el inicio de la guerra.
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