CAMP DOHA, Kuwait.- Las fuerzas norteamericanas y británicas desplegadas para invadir Irak están confrontadas al serio peligro de ataques con armas químicas, declaró este miércoles un comandante estadounidense en Kuwait.
"Ciertamente estamos preocupados por la utilización de armas químicas y bacteriológicas" por parte de Irak, declaró el general David McKiernan a un grupo de periodistas, horas antes de la expiración del ultimátum lanzado por Estados Unidos contra Saddam Hussein para que renuncie al poder.
Según el general McKiernan, el mando militar también tiene otras preocupaciones: la amenaza de ataques terroristas, una tormenta de arena que obstaculizaría el avance de las tropas en Irak, las elevadas temperaturas en el desierto, y la pesada logística necesaria para atravesar cientos de kilómetros en territorio iraquí desde la frontera con Kuwait.
"Pensamos que el régimen de Saddam Hussein y algunos de sus allegados tienen la voluntad, la intención y probablemente la capacidad de recurrir a armas químicas", dijo el general McKiernan.
"Si esta posibilidad se concreta, constituiría para el mundo entero un mensaje completamente diferente al que Saddam Hussein quería dar", señaló.
Los 180 mil soldados británicos y norteamericanos reagrupados en el norte de Kuwait, bajo su mando, están listos para enfrentar una amenaza de ese tipo, afirmó McKiernan.
Y cada militar toma en serio esta amenaza. La prueba es que todos los soldados, incluyendo a los que están asignados a la oficina del general McKiernan, tienen la máscara anti-gas al alcance de la mano, en su cinturón, mientras que los militares desplegados en las proximidades de la frontera iraquí visten su traje de protección contra armas químicas.
"Sería una muy mala elección por parte del mando iraquí utilizar armas químicas", advirtió este comandante, agregando que la respuesta de las fuerzas norteamericanas y británicas sería "severa".
Al ser consultado sobre el desarrollo de una ofensiva en Irak, McKiernan indicó que "si se toma una decisión para llevar adelante una ofensiva militar, la misma será sincronizada y conjunta y utilizará todo el poder que tenemos a nuestra disposición".
"Desplegaremos esfuerzos para evitar víctimas civiles", dijo, agregando sin embargo que en toda guerra "son inevitables las víctimas".
"Vamos a ser muy prudentes y muy precisos (en nuestros disparos) en la medida de lo posible. Pero toda batalla es caótica y devastadora", continuó.
El general norteamericano afirmó como "posible" la capitulación, por miles, de soldados iraquíes, y subrayó que esos militares serán tratados como prisioneros de guerra.
"De un cierto modo, si las fuerzas armadas iraquíes eligieran no combatir, y tuviéramos que tratar con unidades que capitulan, sería una solución mejor que la de tener que destruir al ejército iraquí", afirmó.