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Dos misiles causan la mayor matanza de civiles en capital iraquí

La calle comercial Al Basatin, en el barrio Al Chaab, al nordeste de Bagdad, fue la más bombardeada y, según constató un corresponsal de EFE, un edificio de viviendas quedó completamente destrozado y cerca de él yacían muchos iraquíes muertos.

26 de Marzo de 2003 | 08:01 | EFE
BAGDAD.- Entre 15 y 20 civiles iraquíes murieron hoy y muchos más resultaron heridos en los bombardeos anglo-estadounidenses de hoy sobre la capital iraquí, donde fueron alcanzados dos edificios de apartamentos y una zona comercial.

La calle comercial Al Basatin, en el barrio Al Chaab, al nordeste de Bagdad, fue la más bombardeada y, según constató un corresponsal de EFE, un edificio de viviendas quedó completamente destrozado y cerca de él yacían muchos iraquíes muertos.

Imágenes de cuerpos carbonizados y manchas de sangre por el suelo fueron mostradas por la cadena de televisión "Al Jazeera", en la que aparecieron los rostros desesperados de numerosas personas gritando "Dios es el más grande".

Esta es la más grave matanza de civiles registrada en Bagdad desde que comenzó la guerra.

Los vecinos hablaron de "muchos muertos y heridos". Los testimonios enrabietados añadían que muchos de los cadáveres estaban despedazados.

En medio de un ambiente fantasmal, con una luz rojiza procedente de las nubes de barro que traía la tormenta de arena, los habitantes de este barrio popular lleno de comercios gritaban su indignación.

"¿Por qué bombardean aquí?. Aquí sólo viven familias con niños", gritaba la gente a los periodistas.

"Que vengan, que vengan, no tenemos miedo de sus misiles. Nos vengaremos", añadía otro iraquí junto a los restos de dos coches calcinados, al parecer también alcanzados por uno de los misiles.

Tras la indignación llegaron los gritos: "Dios es grande, Dios es grande"; "No hay más Dios que Alá", exclamaban desesperados, y luego prorrumpieron en gritos de apoyo al Presidente Saddam Hussein: "Con el alma y la sangre nos sacrificaremos por ti, Saddam".

Al Basatin, típica calle popular con edificios de tres alturas y comercios en las plantas bajas, presentaba un montón de viviendas resquebrajadas por el impacto de los misiles, y varios de los inmuebles estaban totalmente destrozados, con la sangre fresca en las escaleras.

Otros blancos de los misiles aliados

Pocas horas antes se habían oído unas cuarenta explosiones en diferentes barrios de Bagdad, sin que se conozcan los blancos de las bombas.

La tormenta de arena, relámpagos e intensa lluvia no impidió que las fuerzas anglo-estadounidenses continuaran durante la madrugada los bombardeos sobre puntos estratégicos iraquíes, entre esos la televisión pública y en la ciudad de Mosul.

Entre esos blancos estaba la televisión oficial iraquí que fue bombardeada la pasada noche. Sin embargo hoy ya difundía al mediodía un programa religioso que aparecía en las pantallas plagado de interferencias.

La sede de la televisión, que según el Pentágono es objetivo de guerra porque sirve para transmitir órdenes a los combatientes, había sido bombardeada en la madrugada y tuvo que suspender durante algunas horas la emisión, antes de reanudarla con una antena de onda corta.

Una columna de humo salía del boquete abierto en el edificio, en el centro de la ciudad, cerca del Ministerio de Información.

"Es la respuesta a las imágenes de nuestros primeros prisioneros de guerra", dijo un funcionario que pidió no revelar su nombre.

Según radios internacionales captadas en la capital iraquí, las tropas de la coalición anglo-estadounidense van a atacar de forma inminente el primero de los dos anillos de defensa situado a medio centenar de kilómetros de la capital.

La ofensiva tendría como propósito acabar con la resistencia de la Guardia Republicana, cuerpo de elite que supone la espina dorsal del Ejército iraquí y cuyas unidades han tomado posición en torno al núcleo urbano.

Expertos militares opinan que si la coalición rompe esas defensas, los guardias republicanos se replegarán para resistir en las calles.

Los estallidos de los misiles no dejaban de resonar en la capital iraquí y la visibilidad era otra vez nula en la mancha urbana, donde no se veía a más de una decena de metros de distancia y que ya había amanecido hoy bajo lo que parecía una nevada de arena.
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