BAGDAD.- Los niños iraquíes padecen evidentes signos de trauma psicológico, así como continuos llantos, miedo ante los ruidos, pesadillas e insomnio, según un informe presentado hoy por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los trastornos se deben sobre todo a los bombardeos, pero también a la interrupción de la rutina del niño, que ha dejado de salir a la calle e ir a la escuela, señala el informe.
Además, el documento subraya que los menores sufren más que nadie el impacto psicológico por la muerte de civiles, ya que les cuesta entender la reacción de sus padres, que son su referencia para la estabilidad emocional.
La organización humanitaria de la ONU explica que el cierre de las escuelas ha sido uno de los factores que más han influido en la estabilidad de los pequeños, ya que el colegio constituye una vía de escape para sus emociones.
A ello se añade la carencia de juegos y los largos periodos de tiempo que pasan encerrados entre cuatro paredes, ya que en la actual situación, muchos padres temen dejar salir a sus hijos de casa por razones de seguridad.
Los trastornos de los niños se agudizan con el transcurso de los días y podrían profundizarse si finalmente se produce un enfrentamiento entre las tropas de la coalición británico-estadounidense y las de Irak en la capital Bagdad y se entabla la anunciada batalla campal en las calles de la ciudad.
Unicef teme que a los problemas psíquicos se añada otro factor negativo: la aparición de enfermedades y epidemias.
Por ello, la organización humanitaria ha entregado 100 equipos de primeros auxilios en Bagdad a la Federación General de Mujeres Iraquíes, una organización que tiene acceso a un gran número de personas de las clases más populares.
También ha formado a técnicos locales para distribuir bolsas de agua en caso de emergencia, si se interrumpe el servicio de abastecimiento.
Pero la ayuda no se restringe a la capital, sino que se extiende a otros lugares. En el norte de Irak, Unicef ha apoyado las labores de inmunización contra el sarampión y según los últimos informes, 23 mil niños y niñas de 42 escuelas de Suleimanya han sido vacunados.
Durante los últimos días personal de la organización ha visitado todos los hospitales y centros de salud de Dahuk y ha establecido equipos que se encargarían de llevar a cabo una rápida evaluación de la población desplazada en la zona.
Por otro lado, personal sanitario de Unicef ha distribuido sales de rehidratación oral en el campamento de refugiados cercano a Mauat, donde se ha detectado un aumento de los casos de diarrea entre niños menores de cinco años.
En Kuwait, se está preparando el envío de 40 vehículos cisterna, así como de 55 bolsas de agua comunitarias con una capacidad de cinco mil litros, que serán distribuidas en Basora y zonas vecinas, según la oficina española de la organización.
