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En Bagdad lloran a sus muertos

Los velatorios se sucedían en el barrio de al Choola, escenario el viernes de la masacre y donde rompían en llanto mujeres chiíes vestidas de negro de los pies a la cabeza y clamaban venganza hombres con los ojos humedecidos.

29 de Marzo de 2003 | 08:41 | EFE
BAGDAD.- Bagdad llora el sábado por las víctimas de la caída de un misil en un mercado del oeste de la ciudad que causó la muerte a 65 personas y extendió la convicción de que en la guerra no hay lugar seguro.

Los velatorios se sucedían en el barrio de al Choola, escenario el viernes de la masacre y donde rompían en llanto mujeres chiíes vestidas de negro de los pies a la cabeza y clamaban venganza hombres con los ojos humedecidos.

"No hay lugar seguro, mi sobrino murió cuando jugaba al fútbol con unos amigos a la puerta de su casa", explicó Abdel Hafiz, tío de uno de los muertos, Diab Husein, de 15 años.

"A pesar de todo no van a conseguir que dejemos de hacer lo de siempre", agregó, mientras esperaba la llegada de familiares y amigos junto a varias sillas de plástico alineadas bajo una carpa callejera en la que iba a celebrarse el funeral.

Omar Abeid, de 19 años e hijo y hermano de dos de las muertas, tenía los globos oculares inyectados en sangre y la mirada perdida.

"Son unos criminales y ruego a Dios que les castigue", dijo mientras recibía el pésame por la muerte de su madre Hasna y de su hermana Fatima, de apenas 4 meses.

"Habían dicho que no iban a matar a civiles, habían dicho que no iban a matar a civiles", repetía junto a él su primo Ala Yasem, de 19 años y que luchaba por aguantar las lágrimas.

"¿Qué podemos pensar de los (norte)americanos después de esto?", añadió, antes de afirmar que "necesitamos que esta guerra acabe y que sea la última".

Farel, un profesor, explicó que "muchos escucharon el misil y algunos vieron como caía" sobre varios puestos que esta mañana aparecían destrozados y entre cuyos restos había sido encontrado un trozo del proyectil.

Comentó que la mayoría de las víctimas fueron mujeres con sus hijos, "porque los hombres no tienen por costumbre ir al mercado a hacer la compra".

Según fuentes hospitalarias, al menos una decena de mujeres y casi una veintena de niños murieron por la explosión, que se produjo al atardecer y cuando el mercado estaba todavía lleno de gente en busca de provisiones.

Entre los muertos y heridos había muchos adolescentes que tenían puestos de venta de tabaco, de productos de aseo, limpieza y de golosinas.

La matanza, la mayor de población civil en Bagdad desde el inicio del conflicto el pasado día 20, se produjo en una jornada de continuos bombardeos, que prosiguieron luego a intervalos durante la madrugada y se reanudaron el sábado.

Fuertes estallidos se escuchaban esta mañana en el sur del núcleo urbano, donde las baterías antiaéreas abrieron fuego varias veces contra escuadrillas de aviones de la coalición anglo-estadounidense, que parecían invisibles.

Entre los últimos objetivos alcanzados figuraba el Ministerio de Información, en el que está ubicado el centro de prensa oficial y sobre cuyo tejado las fuerzas de Defensa colocaron hace varias semanas una pieza de artillería.

El impacto pulverizó algunas áreas de la parte superior del edificio, desde el que antes de la guerra transmitían los equipos de las televisiones internacionales y donde las grietas comenzaban a surcar el hormigón.
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