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Heridos y detenidos por intento de reocupar fábrica en Buenos Aires

Policía federal disparó ráfagas de balas de goma contra grupo de trabajadores exaltados que querían reingresar a planta textil de la que habían sido desalojados el viernes pasado.

21 de Abril de 2003 | 19:50 | Agencias -El Mercurio en Internet
BUENOS AIRES.— La policía federal disparó el lunes balas de goma y gases lacrimógenos contra un grupo de trabajadores de la fábrica textil Brukman, en esta capital, que los operarios pretendían ocupar nuevamente, tras haber sido desalojados el viernes.

Más de un centenar de manifestantes fueron detenidos, confirmó la policía. Hubo también un número no determinado de heridos, alcanzados por las balas de goma o afectados por los gases, que fueron conducidos a varios hospitales, indicaron testigos de la represión.

Un grupo de operarios, acompañados por un millar de militantes de organizaciones de izquierda y algunos piqueteros (desempleados) se habían congregado por la tarde ante la planta, desafiando al fuerte cordón policial que impedía el acceso a la fábrica.

Un grupo de mujeres logró quebrar la barrera policial y corrió hacia la fábrica, pero fueron interceptadas, mientras los agentes iniciaban una enérgica represión, disparando gases y balas de goma al resto de los manifestantes.

Antes de producirse los incidentes, el Ministerio de Trabajo resolvió intervenir como mediador, pero su gestión no fue aceptada por los trabajadores.

El jefe del grupo policial acusó a los manifestantes de tener preparadas bombas Molotov, con la que incendiaron por lo menos un automóvil.

La planta, situada en las cercanías de la Plaza Once de esta capital, fue abandonada el año pasado por sus dueños al quebrar. Pero los operarios la tomaron a su cargo y reanudaron precariamente la producción de diversas prendas de vestir.

Los propietarios obtuvieron un mandamiento judicial para desalojar a los operarios, a quienes acusaron de haberla ocupado ilegalmente. El desalojo se cumplió bajo protesta de los obreros, que prometieron retomar el establecimiento.

La fábrica Brukman se había convertido en un símbolo para los grupos de izquierda, que propugnan que las fábricas cerradas o en quiebra vuelvan a funcionar a cargo de sus obreros, a fin de combatir los altos índices de desempleo.

Cuatro mil manifestantes

La violenta represión policial estalló cuando cuatro obreras desalojadas el fin de semana pasado, apoyadas por unos 4.000 manifestantes, pretendían recuperar las instalaciones de la firma textil Brukman, en el céntrico barrio porteño de Balvanera, según la televisión y la prensa local, a seis días de las elecciones presidenciales.

Las diputadas Marcela Bordenave (Afirmación para una República Igualitaria, socialcristiana) y María América González (Frente Grande, centroizquierda) coincidieron en denunciar a la prensa que hubo por lo menos dos heridos de bala, aunque esto no fue ratificado por la secretaría de Salud porteña.

La dependencia sanitaria informó que unas 20 personas fueron hospitalizadas en distintos centros de salud de Buenos Aires, entre las cuales "ninguna es herida de bala", aclaró.

Un centenar de personas que huyó del lugar en medio de los gases se refugió en una estación de servicio gasolinera cercana donde fue retenidos por decenas de policías y efectivos de la gendarmería (policía militarizada) fuertemente armados.

Luego fueron trasladados a la comisaría octava de Buenos Aires, en camionetas de la Guardia de Infantería (policía militarizada), entre ellos estaban el periodista Miguel Bonasso, del diario Página/12, y el candidato a vicepresidente de Izquierda Unida, Marcelo Parrilli, informó Bordenave.

Otros manifestantes se refugiaron en el Hospital Garraham, de atención a la infancia, y en la Facultad de Sicología de la Universidad de Buenos Aires, donde los efectivos policiales los fueron a buscar, aunque no pudieron entrar en los claustros.

El jefe de guardia del hospital reclamó la renuncia del jefe de policía y del jefe del operativo, comisario Carlos Roncati, por no haber frenado la represión en el interior del hospital "donde hay muchos chicos internados, en grave estado y sus vidas están en peligro".

"La policía nos está cazando", gritó uno de los manifestantes en la corrida.

En el desbande, varios manifestantes que habían respondido arrojando piedras contra la policía, incendiaron un vehículo policial de civil, y prendieron fuego varios tachos de residuos.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la fundación Poder Ciudadano dijeron haber recibido denuncias "sobre la utilización de cartuchos con municiones de plomo, identificados por su color rojo" en la intervención policial en Brukman, así como la presencia de ’’vehículos de personal policial sin identificación".

La acción policial se desató en una jornada muy tensa, cuando un grupo de manifestantes derribó las vallas que mantenían rodeada la fábrica desde el viernes pasado, cuando la policía desalojó la planta por orden judicial.

Brukman es una de las casi cien fábricas en quiebra que fueron recuperadas por sus obreros, quienes habían logrado retomar la producción e inclusive, incorporar nuevo personal.

Pero aún no se aprobó una ley que los ampare por lo que la justicia decidió devolver la planta a los dueños de la firma Brukman.

Durante todo el fin de semana, asambleístas, organismos humanitarios y sindicalistas, además de varios legisladores, se reunieron frente a la fábrica para acompañar a las trabajadoras desalojadas.

La represión estalló a pocos minutos de realizarse una reunión de conciliacíon convocada por el ministerio de Trabajo en un intento de mediación del conflicto que quedó trunco.

Los trabajadores de Brukman anunciaron en una improvisada rueda de prensa frente al Congreso argentino que regresarán el martes a las instalaciones de la fábrica.