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Estados Unidos se someterá a pruebas para enfrentar atentados terroristas

Los ejercicios, qye durarán cinco días, tienen como objetivo preparar a la nación del norte ante la eventualidad de recibir una serie de atentados simultáneos de gran envergadura.

10 de Mayo de 2003 | 10:58 | AFP
WASHINGTON.- A partir de este lunes, Estados Unidos comenzará una serie de ejercicios que durarán cinco días, para prepararse ante la eventualidad de recibir una serie de atentados simultáneos de gran envergadura contra su territorio.

Un escenario "catástrofe" de 200 páginas -nombre de código "Top-Off 2"-, una puesta en escena que haría palidecer a un productor de Hollywood, miles de extras: todo fue organizado con minucia en busca de credibilidad.

Dos atentados de gran envergadura están "programados" en un momento que no fue comunicado ni a la población ni a las agencias federales y locales involucradas, para conservar el efecto sorpresa y asegurar cierta credibilidad.

Las autoridades han previsto hacer explotar en Seattle (Washington, noroeste) una "bomba sucia" que disemine partículas radiactivas y lanzar un ataque bacteriológico en Chicago (Illinois, norte).

En esas dos grandes ciudades ya han sido difundidos panfletos publicitarios con la intención de no sembrar el pánico.

"Es una simulación, una prueba, un ejercicio", insistió el secretario de seguridad interior, Tom Ridge, cuando anunció públicamente, hace menos de una semana, el desarrollo de este ejercicio de gran envergadura, el segundo realizado en Estados Unidos desde mayo de 2000.

El escenario es preocupante de verdad.

El lunes, alrededor del mediodía, en Seattle, un terrorista hace volar un artefacto radiológico. Las fuerzas de seguridad reaccionan -al menos en el papel- en seguida. La operación "Top-Off 2" ha comenzado.

Los servicios de inteligencia se ponen a trabajar. Hacen comprobaciones para intentar determinar el origen del terrorista y si está vinculado a alguna organización conocida.

Pero al mismo tiempo, otros terroristas, aparentemente ligados al primero, diseminaron en Chicago un agente bacteriológico.

Al día siguiente, mucha gente presenta síntomas similares a los de la gripe y empieza a ser admitida en hospitales.

En la siguiente jornada la investigación está en pleno apogeo, mientras que los médicos intentan encauzar la epidemia. Varios estados se movilizan. Tom Ridge, en la Casa Blanca, informa permanentemente al presidente Bush.

El jueves y el viernes, el FBI detiene a numerosos terroristas tras una pesquisa en Chicago. Fin de la operación. Estados Unidos respira. Siempre en el papel.

Durante la presentación de la operación, Ridge tuvo cuidado de precisar que aunque el escenario y el alcance de los estragos "estaban fundados en una situación hipotética", reflejan sin embargo amenazas consideradas como "plausibles" después de los atentados bien reales del 11 de setiembre de 2001, contra Nueva York y Washington.

Para Ted Macklin, mano derecha de Tom Ridge, "la posibilidad de varios ataques terroristas coordinados contra Estados Unidos se convirtió en una realidad" después de esa fecha.

Una veintena de organismos federales, la cruz roja estadounidense, así como las autoridades fronterizas canadienses estarán en pie de guerra durante esos cinco días.

El costo del ejercicio está evaluado en 16 millones de dólares. Reunirá a cerca de 8.500 participantes.

Quinientas metas, muchas de ellas clasificadas como "secretos de defensa" deben ser alcanzadas durante la operación.

Las conclusiones de ese ejercicio no serán hechas públicas en principio para, según el departamento de seguridad interior, "evitar que los adversarios potenciales puedan utilizar esa información".
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