BOGOTÁ.- El Presidente de Colombia, Alvaro Uribe, declaró en una entrevista publicada hoy que no cree en una posible tregua de la guerrilla y reclamó un papel más activo de la ONU en la búsqueda de la paz de su país.
"Poco lo veo. La actitud es la misma", declaró Uribe al periódico dominical El Espectador, de Bogotá, tras ser preguntado sobre las posibilidades de un alto el fuego.
"Lo que sí le garantizo es que en ese momento este Gobierno buscaría la negociación con la misma energía y la misma devoción con que busca derrotarlos", dijo el mandatario.
El jefe del Estado manifestó que su país "no puede tener ningún trato benigno con organizaciones que están cometiendo acciones terroristas", aunque "otra cosa es el momento en que se sienten en una mesa y digan: queremos la paz con un cese de hostilidades".
Uribe volvió a criticar a la ONU por la respuesta que dio a su petición mediadora con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la primera guerrilla del país.
Al respecto señaló reclamó al organismo internacional que "no sigan diciendo que ellos son un órgano imparcial frente a dos partes: al Estado colombiano no se le puede seguir haciendo equivalente a los grupos violentos".
El Presidente colombiano reclamó a la ONU "como ha hecho en otros países, que se la juegue con opciones imaginativas para ver si este país puede tener un proceso de paz" y citó como ejemplo el proceso de paz celebrado en El Salvador en la década de 1980.
Sobre los diálogos con paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), en tregua desde diciembre pasado, Uribe señaló que "lo bueno es que ese proceso nos ha ayudado a tener alivios, no totalmente satisfactorios, pero alivios en materia de masacres, de asesinatos de sindicalistas, de profesores, de periodistas".
"Lo malo es que ese cese de hostilidades no ha sido total, ni ha comprendido a las diferentes facciones de las autodefensas", añadió.
Uribe explicó que sus delegados en los diálogos "están estudiando una reunión en los próximos días que se manejará con prudencia" y "hay que empezar a hablar de las perspectivas de concentración y desmovilización" de los paramilitares de derecha.
Indicó que la orden es "es manejar esto con la Iglesia, con prudencia, con confidencialidad, pero no secretamente. Que cada paso lo sepa la comunidad nacional e internacional" y por ello calificó como "legítimo" el interés de Estados Unidos en este proceso.
"Por el problema de drogas y extradiciones, yo pedí que tuvieran al gobierno de EE.UU. informado palmo a palmo, y así seguirá siendo", advirtió.
Por otra parte, la saliente embajadora de Estados Unidos en Colombia, Anne Patterson, reveló en otra entrevista publicada hoy que su país financiará la reinserción de 3.000 paramilitares de derecha en los próximos dos años.
Patterson declaró al diario bogotano El Tiempo que EE.UU. invertirá en el primer año 2 ó 3 millones de dólares para la desmovilización de unos 1.500 paramilitares.
También dijo que pese al diálogo entre el gobierno colombiano y las AUC, Washington será inflexible con la petición de extradición del jefe militar de esa organización, Salvatore Mancuso y otros líderes, "porque ellos son criminales bajo nuestra ley".
