LUCASVILLE.- Un tribunal federal aplazó de forma indefinida la ejecución que debía realizarse hoy de un asesino convicto, para dar más tiempo a sus abogados para estudiar el caso.
La decisión fue tomada pocas horas antes de que Richard Cooey, de 36 años, fuera sacado del corredor de la muerte para ser llevado a la cámara de ejecución, donde debía recibir una inyección letal por el asesinato de dos estudiantes universitarias en 1986.
La fiscalía del estado anunció que apelará la decisión de la corte federal ante el Tribunal Supremo de EEUU.
"He determinado que la integridad del tribunal federal se vería afectada si el estado de Ohio ejecuta a Richard Cooey", manifestó uno de los nueve jueces que intervinieron en la decisión.
James Canepa, criticó al juez señalando que no había dado a conocer ninguna razón constitucional para postergar el cumplimiento de la sentencia.
Al solicitar el aplazamiento los abogados de Cooey habían afirmado que a su cliente se le había privado de un asesoramiento legal competente y sólo se le concedió representación federal apenas cinco meses antes de la fecha de ejecución.
Durante el juicio, Cooey confesó haber secuestrado, robado y violado a Wendy Offredo y Dawn McCreery, que eran miembros de una fraternidad universitaria.
Aunque negó haberlas asesinado, señaló que se sentía "moralmente" responsable de su muerte.
Según documentos judiciales, Cooey disfrutaba de un permiso del Ejército cuando él y su amigo, Clint Dickens, atacaron a las jóvenes.
Su cómplice, entonces de 17 años de edad, fue condenado a cadena perpetua.
Según el Centro de Información de la Pena de Muerte, esta noche serán ejecutados los asesinos Allen Janeck, en Texas, y Jackie Lee Willingham, en Oklahoma.
