TIKRIT.— El ejército estadounidense continúa la revisión de documentos y álbumes de fotografías encontrados en el poblado natal de Saddam Hussein, con la esperanza de dar con el paradero del ex dictador, mientras que varios escépticos empiezan a aceptar que sus hijos Odai y Qusai en verdad están muertos.
En una grabación supuestamente realizada por Saddam, el propio depuesto gobernante reconoce la muerte de sus vástagos y dice que se han convertido en mártires en la lucha contra la ocupación estadounidense.
Este miércoles, durante un patrullaje en Tikrit, las fuerzas estadounidenses encontraron una bandera negra colocada en el frente de un edificio de gobierno local. El escrito en ella lamentaba la muerte de Odai y Qusai.
Luego de pedirle a su traductor que le leyera los caracteres dorados y blancos, el teniente coronel Steve Russell, jefe del primer batallón de la Cuarta División de Infantería, que encabeza las acciones en Tikrit, la cortó con su cuchillo de bolsillo, para luego aplastarla con las manos y llevársela.
También el miércoles, más de 200 dirigentes tribales de todo Irak se reunieron ante la casa del príncipe Rabiah Muhammed al-Habib, uno de los más importantes dirigentes de ese tipo en el país, para protestar por el allanamiento de su casa el domingo por las fuerzas estadounidenses, en busca de Saddam.
Un hospital cercano informó que cinco iraquíes resultaron heridos en el tiroteo, mientras que las autoridades norteamericanas dijeron que investigaban el incidente.
"Es imposible para mí ocultar a un miembro del viejo régimen, alguien que les hizo mal", dijo un asistente, leyendo una declaración de Al-Habib, quien estaba junto a él.
Mientras tanto, se informó que el ex presidente de la Universidad de Bagdad, Mohammed al-Rawi, fue asesinado el domingo por dos sujetos que tomaron su consultorio médico. Al-Rawi había sido un miembro importante del partido Baath de Saddam y renunció a su puesto en la universidad luego de que Bagdad cayó el 9 de abril ante las fuerzas norteamericanas.
Se piensa que su muerte forma parte de los actos de venganza en contra de miembros de alto nivel del partido.
