LIMA.- El considerado "embajador" de Sendero Luminoso en Europa llegó este jueves a Perú extraditado desde España para ser juzgado por las autoridades peruanas bajo el cargo de apología de "terrorismo" y de supuestamente buscar fondos en el exterior para ese grupo rebelde.
Adolfo Olaechea, de 60 años, quien bajó del avión y fue inmediatamente protegido con un chaleco antibalas por miembros de seguridad, fue capturado a inicios de julio en España, pero vive desde hace unos 36 años en Inglaterra, centro de sus actividades.
Olaechea podría recibir hasta 30 años de prisión, menor a la cadena perpetua que le impuso un tribunal militar en ausencia al considerarlo un importante mando logístico de Sendero Luminoso.
Según las autoridades peruanas, la rebaja de la pena está estipulada en el acuerdo de extradición vigente con España, pues indica que de hallarse culpabilidad no se impondrá la pena de cadena perpetua sino la que es "inmediatamente inferior".
"Hay que recordarle (a Olaechea) cómo siempre justificaba esos crímenes que tanto daño han hecho a Perú y cómo trataba de lavar la cara a Sendero Luminoso en Europa y el mundo para que sigan los aportes y financiar la muerte y destrucción que hizo", dijo el embajador de Perú en España, Fernando Olivera.
Tras llegar a Lima, Olaechea fue llevado a la sede de la Interpol, donde entre las medidas de seguridad se podía observar francotiradores en las viviendas vecinas, el bloqueo de las calles y un fuerte contingente policial.
Olaechea salió del vehículo que lo trasladaba y antes de ingresar a la Interpol saludó a algunos policías, sonrió y alzó las manos para las cámaras fotográficas y de televisión.
Sendero Luminoso, casi dormido desde la captura de su líder histórico Abimael Guzmán en 1992, ha lanzado en los últimos meses una ola de ataques en varias zonas de la selva y Andes del país, llamando otra vez la atención de los peruanos por el que fue uno de los grupos rebeldes más letales de la región.
Se calcula que Sendero Luminoso fue responsable de casi la mitad de los 30.000 muertos y desaparecidos, entre civiles, militares y rebeldes, que dejó en dos décadas la violencia rebelde en Perú desde 1980.
Una Comisión de la Verdad, integrada por personalidades civiles para investigar la violencia política en este país, afirma que la cifra podría sumar hasta 60.000 muertos.
