BROWNSVILLE, EE.UU.- La tormenta tropical Erika azotó el sábado las costas mexicanas y del estado norteamericano de Texas con fuertes vientos y lluvias intensas, mientras se desplazaba por el Golfo de México.
Las palmeras oscilaban batidas por los vientos, la lluvia caía a caudales del cielo nocturno y las marejadas chocaban con fuerza en las desiertas planas de la ciudad de Brownsville, en el sur de Texas, y su vecina Matamoros, en México.
112 kilómetros por hora, con ráfagas más fuertes, pero aún por debajo de los 118 kilómetros por hora necesarios para convertirse en huracán.
Alertas de Huracán fueron emitidas desde Baffin Bay al norte de Brownsville, hasta el poblado costero mexicano de La Pesca, pero los meteorólogos dijeron que las probabilidades de que Erika se convierta en huracán disminuían mientras se acercaba a tierra.
A las 0900 GMT, el centro de la tormenta fue localizado en los 25,5 grados de latitud norte y los 97,0 grados de longitud oeste, 70 kilómetros al sudeste de Brownsville. Erika se movía con una velocidad de 30 kilómetros por hora.
Lluvias de hasta 15 centímetros y marejadas de dos metros por encima de lo normal probablemente acompañarán a la tormenta, dijeron los meteorólogos, que advirtieron sobre la posibilidad de inundaciones.
Residentes del área colocaron sacos de arena para protegerse de las inundaciones y cubrieron las ventanas con madera ante la amenaza de Erika.
Las autoridades de Brownsville y Matamoros, a cada lado del Río Grande, establecieron refugios, pero sólo algunas personas habían acudido.
Erika pasó con tanta rapidez por entre las instalaciones de petróleo y gas natural del Golfo de México que apenas afectó las operaciones, dijeron las compañías petroleras, que evacuaron a los trabajadores no esenciales y cerraron solamente una pequeña parte de la producción.