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Pueblo natal de Hussein accede por primera vez sin restricciones a internet

Entre los sitios favoritos de búsqueda figuran aquellos que den algún indicio del lugar donde se oculte Saddam.

23 de Agosto de 2003 | 13:29 | AP
TIKRIT.— Los habitantes del pueblo natal de Saddam Hussein consiguieron hoy por primera vez tener acceso a su primer café de la internet, donde los residentes pueden navegar libremente por el mundo electrónico sin temor de ser vigilados o bloqueados.

Las primeras palabras que escribió Ahmed Abdalá en el buscador Google fueron: "George Bush". El joven de 19 años deseaba tener acceso a la página del Presidente de Estados Unidos en la web, algo que hubiera sido inconcebible durante el régimen de Saddam Hussein, cuando el servicio de internet era restringido y rígidamente controlado.

"Me encanta. Hay tanta información que puedo obtener", comentó Abdalá, rodeado de soldados y comandantes estadounidenses que colmaron el café Internet, de un solo ambiente, que ayudaron a financiar con 24.000 dólares de fondos donados del presupuesto de la 4ta División de Infantería.

El propietario, Hashim Hassan, de 33 años, tenía un café similar antes de la guerra. Pero en esos momentos "cualquier página política, de la oposición, o de sexo, eran bloqueados. Ahora no hay ningún tipo de restricciones".

Los riesgos de cooperar con las fuerzas estadounidenses en una región considerada un semillero de personas leales a Saddam Hussein son muchos.

La semana pasada, en la calle principal donde está situado el café de Hassan, justo en la esquina de la sede de la 4ta División de Infantería, los guerrilleros iraquíes mataron a un intérprete estadounidense e hirieron a dos soldados en una emboscada.

La explosión y el tiroteo quebraron los vidrios y destruyeron algunas computadoras en el primer piso del edificio de mármol y ventanales. La inauguración del café Internet tuvo que ser demorada unos días.

La tarifa por una hora de uso de una computadora es de un dólar (1.800 dinares iraquíes).

Entre los sitios favoritos de búsqueda en el café, al que concurren un promedio de 30 personas al día —entre ellos ninguna mujer— figuran aquellos que den algún indicio del lugar donde se oculte Saddam.
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