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Papa muy mejorado oficia misa en Eslovaquia

La salud del Papa -al que ayer se vio muy debilitado físicamente, extremadamente cansado, con un hilo de voz y dando la sensación de que se ahogaba, lo que le impidió leer el discurso de llegada- ha acaparado la atención de este viaje.

12 de Septiembre de 2003 | 08:12 | EFE
BANSKÁ BYSTRICA, Eslovaquia.- Muy mejorado respecto ayer, con la voz fuerte y clara y aspecto sereno, Juan Pablo II visitó hoy la ciudad de Banská Bystrica, en el centro de Eslovaquia, donde ofició una misa y leyó parte de la homilía, que prosiguió el cardenal Jozef Tomko.

La salud del Papa -al que ayer se vio muy debilitado físicamente, extremadamente cansado, con un hilo de voz y dando la sensación de que se ahogaba, lo que le impidió leer el discurso de llegada- ha acaparado la atención de este viaje.

Hoy todas las preguntas eran si viajaría a esta ciudad, a 190 kilómetros de Bratislva, en los Montes Tatra, ya que además de tener que tomar el avión se trataba de un viaje fatigoso. Juan Pablo II sorprendió al vérsele muy recuperado, logrado tras una noche de descanso y los cuidados médicos a los que ha sido sometido en las últimas horas.

Y es que los cuidados médicos se han intensificado. En el avión que le trajo aquí, los periodistas que le acompañan en el viaje pudieron observar maletines de material sanitario y un aparato desfibrilador, que se utiliza en caso de infartos cardiacos.

El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, dijo hoy que el responsable del debilitado estado de salud del Papa ha sido el fuerte calor que ha padecido este verano, que han sufrido sobre todos los ancianos.

"De hecho -añadió Navarro- en esta ciudad hay ya un clima de otoño y se ha visto en el estado de salud de hoy del Papa".

Navarro, que habló de "agotamiento", insistió en que "no hay ninguna alarma sobre su salud" y agregó que tampoco existe elemento alguno que haga pensar que este vaya a ser el último viaje del Papa.

Ya están en estudio varios para el año próximo, aunque ninguno concretado. Ha sido invitado a Suiza, Austria, Polonia y Francia.

El portavoz resaltó que es conmovedor el esfuerzo que hace el Papa para realizar su labor y subrayó que el Pontífice no hace nada para esconder sus debilidades físicas, que ha incorporado a su programa de trabajo.

El Obispo de Roma, dispuesto a "gastarse hasta el final por el Evangelio", como ha dicho en muchas ocasiones, realizó el programa previsto para este segundo día de su tercer viaje a Eslovaquia, donde ya estuvo en 1990 y 1995.

Más de 50.000 personas le acogieron en la plaza del Resurgimiento, en el centro de Banska Bystrica, lugar de la misa, a la que asistió el presidente eslovaco Rudolf Schuster y todos los obispos de la Conferencia Episcopal local.

El obispo de Banska Bystrica le agradeció el esfuerzo por venir, a pesar de su delicado estado, "soportando el peso de la cruz".

En su homilía, el Papa condenó de nuevo el régimen comunista, que en Eslovaquia gobernó desde 1948 hasta 1989 y pidió la defensa de la familia y la educación de los hijos en la libertad.

Sus primeras palabras fueron contra el comunismo, al que acusó de haber intentado profanar la devoción a la Virgen en esta ciudad. Y es que en la plaza se encontraba una columna con una imagen de la Madre de Dios que fue quitada en 1964 cuando visitó el lugar el líder soviético Nikita Kruschev.

La columna fue escondida hasta que fue recuperada la libertad política. Hoy preside de nuevo la plaza. Juan Pablo II llamó al comunismo "régimen oscuro".

El Papa se quejó de que actualmente hay muchos cristianos bautizados que no siguen la fe.

"Es urgente por ello que en las familias los padres eduquen a los hijos en la justa libertad, para prepararles a dar una oportuna respuesta a la llamada de Dios. Las familias son el vivero en el que se forman las plantas de las nuevas generaciones. En las familias se forja el futuro de la nación", afirmó el Pontífice.

El Papa animó a los obispos a relanzar la pastoral familiar y buscar las fórmulas para que el Evangelio llegue a las nuevas generaciones.

Y es que a pesar de que el 74,6 por ciento de los eslovacos son católicos y en el último decenio han aumentado un 11 por ciento, los años ateos del régimen comunista siguen pesando y el problema actual, según la iglesia local, es la transmisión de la fe a los jóvenes.

La iglesia local ha denunciado también que la sociedad cada vez es más materialista y secularizada, en consonancia con otros países de Europa.

La jornada de hoy concluirá esta tarde con el encuentro que mantendrá con los 19 obispos de la Conferencia Episcopal Eslovaca. Antes de regresar a Bratislava, donde se aloja durante estos cuatros días de visita, saludará a representantes de las otras iglesias cristianas presentes en Eslovaquia.

Los ortodoxos son el 4,1 por ciento de la población y los protestantes el 8,4 por ciento.
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