BUENOS AIRES.- Una de cada diez argentinas solteras -de entre 29 y 37 años- consultó durante 2002 sobre la posibilidad de congelar sus óvulos para ser madres cuando aparezca el hombre de sus vidas, confirmando que la maternidad diferida es una tendencia en alza en el país, según los expertos.
La criopreservación de óvulos es una técnica esperanzadora, no sólo para aquellas mujeres que piensan en la maternidad diferida sino, también, para las que sufren problemas de fertilidad y para quienes deben someterse, por ejemplo, a un tratamiento contra el cáncer que conlleva la posibilidad de quedar estériles.
El grupo que evalúa actualmente la posibilidad de congelar sus óvulos reúne a un número cada vez mayor de mujeres, de entre 29 y 37 años quienes, en la plenitud de la vida, ya sea por razones profesionales, afectivas, económicas y/o porque simplemente no tienen pareja deciden postergar la maternidad.
El reloj biológico femenino es categórico: pasada la barrera de los 30 años, la calidad de los óvulos cae en picada y muchas mujeres empiezan a dudar si podrán concretar el sueño de ser madres.
Allí es cuando comienzan a pensar en la criopreservación. Y no para ser madres solteras, sino para estar preparadas cuando llegue el "príncipe azul".
Según dijo a la prensa Ester Polak, del Centro de Estudios Reproductivos (CER) de Buenos Aires, para efectuar este procedimiento cuanto más joven es la mujer, más tiempo puede guardar sus óvulos congelados que, además, serán de mejor calidad.
Precisa que si una mujer de 25 años quiere congelar óvulos o tejido ovárico porque debe someterse a un tratamiento de quimio o radioterapia o, simplemente, porque quiere preservar su fertilidad, puede hacerlo.
Su materia permanecerá inalterada, dentro de un tanque de nitrógeno, a 196 grados bajo cero, durante muchos años. Y si, a los 40, decide utilizarlos para procrear, sus óvulos tendrán la misma edad que tenían cuando fueron congelados.
"Si viene una mujer de esa edad que hormonalmente está muy bien, firma un consentimiento en el que se le aconseja utilizarlos en los próximos 5, 6 ó 7 años. Es decir, antes de la menopausia", explica Polak.
En Argentina, el costo del tratamiento de congelamiento de óvulos va de 5.000 pesos (1.460 dólares) a 10.000, y las empresas de salud privadas no cubren el procedimiento porque no consideran a la infertilidad como una enfermedad.
Pero Polak insiste en que no deben ser, en absoluto, propiedad de una casta. "Las parejas sienten un dolor psíquico enorme por no poder concebir hijos", argumenta.
En referencia a la destrucción de los óvulos congelados no hay ningún conflicto porque se trata de células y no de embriones, apunta la profesional.
