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Afganistán: ONU suspende trabajos por temor a sufrir nuevos ataques

La ONU teme que se puedan producir nuevos atentados contra sus empleados y oficinas tras el asesinato el domingo de una funcionaria francesa de la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la ciudad central de Ghazni.

18 de Noviembre de 2003 | 10:41 | EFE
KABUL.- Naciones Unidas suspendió sus trabajos en el sur y este de Afganistán y ordenó a su personal que tome medidas de protección ante el temor de que sean objeto de nuevos ataques de los rebeldes talibanes y de Al Qaeda, informó hoy en Kabul un portavoz de la organización internacional.

La ONU teme que se puedan producir nuevos atentados contra sus empleados y oficinas tras el asesinato el domingo de una funcionaria francesa de la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en la ciudad central de Ghazni, y la colocación el pasado día 11 de una bomba en unos locales de Kandahar, en el sur.

Bettina Goislard, de 29 años, responsable de la ACNUR en Ghazni desde junio de 2002, ha sido la primera funcionaria internacional de la ONU asesinada en Afganistán desde la caída del régimen ultra integrista islámico de los talibanes a finales de 2001.

El pasado marzo fue asesinado cuando viajaba por una carretera del sur de Afganistán el salvadoreño Ricardo Munguía, empleado del Comité Internacional de la Cruz Roja, el único trabajador humanitario extranjero muerto de forma violenta en los dos últimos años en el país.

Las autoridades afganas han responsabilizado de ambos atentados a rebeldes talibanes, que luchan contra el nuevo régimen que encabeza en Kabul el presidente Hamid Karzai.

Karzai dijo ayer que el asesinato de Goislard fue "un acto hostil llevado a cabo por terroristas contra el pueblo afgano", mientras el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, lo calificó de "atroz y despreciable".

La portavoz adjunta de la ONU, María Okabe, declaró en Nueva York que tras la suspensión de los trabajos en el sur y este del país, las operaciones continúan en otras regiones de Afganistán, incluido Kabul, el norte y la región occidental fronteriza con Irán.

"Esperamos que sea una suspensión temporal, porque queremos reanudar nuestra asistencia a la población" en las operaciones de ayuda humanitaria, cuidados sanitarios y refugiados, ahora paralizadas, agregó Okabe.

La ONU tiene en Afganistán un total de 782 empleados, de los que 87 son extranjeros, y ha pedido a todos ellos que mantengan un comportamiento discreto y en lo posible no salgan de sus casas o alojamientos.

También en Pakistán, país que limita con el este y el sur de Afganistán, la ACNUR ha cerrado sus Centros de Repatriación Voluntaria de Refugiados Afganos en las ciudades de Peshawar y Qúeta, manifestó Jack Redden, un portavoz de la organización en Islamabad.

Redden señaló que "hasta que la situación de la seguridad no se aclare" al otro lado de la frontera, "no podemos enviar gente que no tiene donde ser acogida en Afganistán".

Desde marzo de 2002, la ONU ha ayudado a más de dos millones de refugiados afganos en Pakistán a regresar a su país, de los que este año han vuelto unos 340.000, agregó Redden.

A principios de este mes, una delegación del Consejo de Seguridad de la ONU visitó Afganistán para reiterar el apoyo internacional a la reconstrucción y desarrollo del país, dos años después de la caída de la régimen de los talibanes.

La comisión, encabezada por el embajador alemán en la ONU, Gunter Pleuger, exigió a los "señores de la guerra una cooperación total con el Gobierno Central", pese a que tengan a su mando milicias privadas con muchos más efectivos que el Ejército Nacional.

Los países del Consejo de Seguridad quisieron demostrar con esa visita que "Afganistán sigue siendo una de las cuestiones internacionales más importantes", y recalcaron que la seguridad es un asunto crucial que de no lograrse "puede comprometer todo el desarrollo del proceso político y la ayuda económica al país".
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