BUENOS AIRES.- Miles de piqueteros, simpatizantes de grupos de izquierda y miembros de organizaciones de derechos humanos marcharon el sábado hacia la Plaza de Mayo para exigir justicia social y recordar a las víctimas del estallido que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa.
Unas 30 organizaciones de desocupados junto a las Madres de Plaza de Mayo encabezaron el día de manifestaciones frente al Congreso, desde donde marcharon hacia la casa de gobierno y realizaron un acto en simultáneo con las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, Santa Fe, Mendoza, San Juan, Chaco, Entre Ríos, Misiones, Neuquén y Río Negro.
"Pedimos poco, que la democracia no sea sólo política sino también económica", dijo a AP Laura Bonaparte, de Madres de Plaza de Mayo. "Es un dolor muy grande ver a la gente sin trabajo, a los niños muriendo de hambre. No se puede vivir si no se tiene qué comer".
El 19 y 20 de diciembre de 2001 miles de manifestantes de clase media colmaron la Plaza de Mayo para rechazar el congelamiento de sus ahorros bancarios luego de una jornada marcada por saqueos a supermercados protagonizados por hombres y mujeres de clase baja agobiados por un desempleo cercano al 20% y una pobreza del 50%.
La policía reprimió con violencia a la multitud arrojando gases lacrimógenos y disparando balas de plomo contra los manifestantes.
En medio del caos De la Rúa presentó su renuncia a la presidencia. Cuatro mandatarios se sucedieron en dos semanas hasta la Asamblea Legislativa que designó presidente a Eduardo Duhalde el 1 de enero de 2002.
Dos años después y bajo un sol abrasador, niños y mujeres cargaron una larga bandera argentina al tiempo que sus compañeros leían en voz alta los nombres de las 33 personas muertas durante las revueltas.
"A los muertos del 20 los vamos a vengar con la lucha popular", cantaba la multitud.
"Sólo encontraron balas y muerte pero los responsables y ejecutores, culpables del horror, aún no han sido juzgados", dijeron las Madres en un comunicado dedicado a las víctimas de la represión policial.
Poco después, una columna de piqueteros de unas ocho cuadras de largo liderada por Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista Combativa (CCC), marchó a la Plaza de Mayo para pedir "justicia para los mártires del argentinazo".
"Cambió la historia argentina aquel 20 de diciembre pero el hambre sigue, la desocupación sigue y por eso estamos en la calle", dijo Alderete a AP.
Desde la crisis de fines de 2001 el peso se devaluó más del 60%, el país logró cerrar acuerdos con el Fondo Monetario Internacional para posponer el pago de su incumplida deuda, la vida institucional recuperó la calma y los índices económicos comenzaron a mostrar una leve recuperación.
Pero el desempleo se ubica en el 14,3%, más de la mitad de los 36 millones de argentinos viven en la pobreza y 27 niños mueren cada día víctimas de la desnutrición.
"No pertenezco a ningún grupo ni organización y no estuve acá en el 2001 pero esta vez sentí que debía venir porque aunque tengo trabajo sé lo que está pasando mucha gente y tengo que pelear porque mi hijo de un año viva en un país mejor", dijo Gisela, una joven de 26 años que prefirió no dar su apellido, mientras se protegía del sol bajo un árbol de la Plaza de Mayo.
Pese a la gran cantidad de manifestantes y la multiplicidad de protestas en todo el país el jefe de gabinete Alberto Fernández aseguró que el gobierno no teme incidentes y llamó a los argentinos a reflexionar sobre la crisis de dos años atrás.
"Todos debemos aprender de aquel día y garantizar la seguridad y la paz... Hoy los argentinos debemos llamarnos a la reflexión porque aquel fue un día trágico en vidas humanas e institucionalmente", dijo Fernández a una radioemisora local.
Sobre el fin de la tarde el Bloque Piquetero Nacional junto a varias organizaciones terminará la jornada de protestas con una concentración en frente a la casa de gobierno.
