REINO UNIDO.- Las tapaduras, inyecciones e intervenciones dentales, es decir, el terror de las personas que deben visitar al dentista, están a punto de convertirse en un trauma del pasado.
En lugar de ello, y gracias a la nueva técnica que ocupa gas ozono para tratar las caries, los pacientes podrán salir de la consulta dental con una gran sonrisa y, lo más importante, sin haber sentido el más mínimo dolor.
Esta es la experiencia de los más de 600 dentistas que están usando esta revolucionaria técnica en el Reino Unido que, según los médicos, desplazará a los instrumentos tradicionales de los dentistas y terminará con el temor que tantas personas tienen a estos profesionales.
Este nuevo sistema, en lugar de perforar el diente con un instrumento para sacar una carie, utiliza una superficie de goma que se amolda alrededor del diente y, en cosa de 20 ó 30 segundos, lanza ozono a la parte afectada para detener el desarrollo de las bacterias que provocan las caries.
En el caso de que la carie se encuentre muy avanzada, se puede poner una tapadura, pero generalmente se deja la zona de la carie al descubierto para permitir que sane por sí sola, con la ayuda de los minerales que se encuentran en la saliva, además de pastas de dientes y enjuagues bucales especialmente formulados.
El tratamiento no sólo evita que se desarrollen más caries, sino que además es capaz de revertir los procesos que ya se han iniciado.
Científicos británicos, liderados por el doctor Edward Lynch de las Queen's University de Belfast, en Irlanda del Norte, han investigado el uso del gas ozono en el área dental y han desarrollado una exitosa técnica que usa este gas para matar las bacterias alojadas al interior de las cavidades dentales causantes de las caries.
El ozono, que es una forma de oxígeno, es un producto natural que mata bacterias, virus y hongos en cuestión de segundos.
Es usado de muchas formas e incluso es utilizado en los hospitales y consultas médicas para controlar infecciones. También se usa para purificar el agua y otras sustancias.
