CARACAS.- El Presidente venezolano Hugo Chávez aplaudió hoy a Argentina, Brasil y Cuba, por la posición de "dignidad" que han mantenido frente a las recientes críticas que han recibido de portavoces del gobierno de EE.UU.
"Nuestro aplauso, admiración, reconocimiento y apoyo al presidente argentino, Néstor Kirchner. EE.UU. debe aceptar que se están acabando los gobiernos cobardes, que tenían relaciones carnales con Washington, que se subordinaban al Imperio traicionando a sus pueblos", dijo Chávez ante un grupo de simpatizantes en Caracas.
Chávez se extrañó de que los ataques de los portavoces de Washington contra gobernantes latinoamericanos se produzca en vísperas de la cumbre extraordinaria de las Américas que se celebrará en la ciudad mexicana de Monterrey entre el 12 y 13 de enero.
"¿Será que quieren que la reunión fracase?", preguntó el mandatario venezolano al recordar que los ataques no sólo han afectado a Venezuela, sino también a Argentina y Brasil.
"Uno no les entiende, a pocas horas de Monterrey comienzan a disparar de manera irracional contra quienes consideran sus vecinos y con los que dicen que quieren tener las mejores relaciones. Arremeten a discreción contra los gobiernos sin importarles la soberanía ni respetar la figura de presidentes legítimos", agregó Chávez.
El Presidente venezolano explicó que los ataques contra Brasil son consecuencia de que al frente de ese país esté "un líder obrero y revolucionario, el compañero Luiz Inacio Lula Da Silva, que lucha por su dignidad y busca caminos distintos al del imperialismo neoliberal".
Chávez añadió que la ofensiva estadounidense también alcanzó a Cuba y criticó que EE.UU. moleste a los países que quieren tener relaciones normales con ese país caribeño.
En este sentido volvió a recordar los ataques sufridos por el gobierno argentino por mantener relaciones con La Habana y celebró la reacción que tuvo Buenos Aires.
El subsecretario de Asuntos Interamericanos de EE.UU., Roger Noriega, dijo esta semana que "la política argentina con Cuba es motivo de preocupaciones y decepciones" para la Casa Blanca, declaraciones que fueron calificadas por el presidente Kirchner como "impertinentes".
