WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, enfatizará su imagen como comandante en jefe en la lucha contra el terrorismo mañana martes en su discurso sobre el Estado de la Unión, de corte claramente electoralista.
Si el año pasado Bush optó por centrarse en la amenaza que representaba el supuesto programa de armas de destrucción masiva en Irak, en esta ocasión el Presidente aprovechará para enumerar lo que considera los logros obtenidos por su Gobierno.
En particular, Bush abrirá el discurso -que se espera se prolongue durante casi una hora y sea visto por 60 millones de estadounidenses- con los triunfos obtenidos en la lucha contra el terrorismo, uno de sus puntos fuertes en lo que se refiere a popularidad.
El Presidente aprovechará el discurso para insistir a los estadounidenses en que, pese a las dificultades, la decisión de ir a la guerra contra Irak fue la adecuada.
Un total de 501 soldados estadounidenses han muerto en Irak desde el comienzo de la guerra, el 19 de marzo, y el pasado domingo estalló un coche bomba frente al cuartel general de EE.UU. en Bagdad que dejó más de 30 muertos.
Además, arrecian las críticas -en especial de la comunidad chií, el 70 por ciento de la población iraquí- contra el modo en que está planteado el proceso de transición en el país árabe.
Pero, según indicaron fuentes de la Casa Blanca, tras el discurso "quedará muy claro en la mente de los ciudadanos que el presidente está muy convencido de la decisión que tomamos y que, como país, debemos estar orgullosos de lo que hemos hecho".
La idea de la Casa Blanca, que ha trabajado intensamente desde octubre para redactar el texto definitivo del discurso, es presentar a Bush como un estadista que está por encima de discusiones políticas.
Después de pasar revista a la situación internacional, Bush abordará cuestiones nacionales.
El Presidente planea hacer hincapié en que la economía se está recuperando, si bien no hará mención alguna a nuevas reducciones de impuestos, una medida que casi se había convertido en rutinaria en los últimos discursos sobre el Estado de la Unión.
Aunque la Casa Blanca insiste en que la alocución del presidente no tendrá elementos políticos, los responsables de su campaña electoral sí admiten que el discurso pasará revista a lo que serán los principales argumentos de Bush para conseguir la reelección.
Y es que, pese a que la Casa Blanca diga lo contrario, todo en torno a este discurso parece estar muy encaminado a convertirlo en el pistoletazo de salida de la campaña electoral de Bush.
El orden mismo del discurso responde a una estrategia muy específica: el año pasado, Bush comenzó por los asuntos nacionales para finalizar con Irak, y en esta ocasión lo hará precisamente al revés, sabedor de que los demócratas gozan de numerosas ventajas en las cuestiones internas.
La fecha para la retransmisión del discurso tampoco es casual. Se produce un día después del "caucus" demócrata en Iowa, la primera en la serie de elecciones primarias que determinarán quién será el rival de Bush por la Presidencia.
A todas luces, el haber elegido esta fecha tiene como objetivo el hacer sombra a los demócratas en una jornada en la que, en condiciones normales, el resultado de la lucha entre cuatro candidatos virtualmente empatados ocuparía todos los titulares.
Según declaró un alto cargo republicano al amparo del anonimato al periódico "The New York Times", la idea no es robar todo el protagonismo a los demócratas, sino simplemente cambiar de tema de conversación.
"¿Estaba planeado? Claro. El hecho de que el ’caucus’ de Iowa se fuera a celebrar en determinada fecha no pasó inadvertido a la gente de la Casa Blanca", explicó el alto cargo.