MOSCÚ.- Los ingenieros espaciales rusos, que dedicaron años al diseño de naves para viajar a Marte, antes de un colapso financiero, esperan ahora que su sueño se vuelva realidad en alianza con Estados Unidos.
Desde cohetes propulsores gigantescos hasta pequeños robots, Rusia ha desarrollado varias tecnologías avanzadas del espacio. Tras el anuncio del Presidente estadounidense, George W. Bush, sobre un nuevo impulso a las misiones espaciales, los ingenieros rusos esperan compartir sus descubrimientos, para poner al hombre en la Luna y Marte.
Los planes darían a las atribuladas industrias espaciales una alternativa frente a China, que el año pasado puso a un astronauta en órbita, prevé conquistar la Luna y ha buscado tecnología e investigaciones rusas para su programa del espacio.
"Ahora, no sólo podemos, sino que debemos participar en estos proyectos" estadounidenses, dijo Vyacheslav Filin, un prominente diseñador de la fabricante de cohetes RKK Energiya, citado el viernes por la agencia Interfax. "Hace falta un nuevo paso en el espacio, un nuevo proyecto unificador".
La Unión Soviética colocó en el espacio al primer hombre y el primer satélite. En 1988, el Presidente soviético Mijail Gorbachev fue el primero en proponer una misión tripulada conjunta Washington-Moscú hacia Marte.
Sin embargo, la reacción estadounidense fue fría y la Unión Soviética desapareció dos años después, lo que dejó en ruinas el programa espacial ruso.
Desde entonces, las industrias espaciales rusas han pasado por numerosos problemas. La única misión robótica interplanetaria que Rusia montó después del derrumbe soviético fracasó en 1996.
Pese a la falta de dinero, los diseñadores siguieron esbozando proyectos de naves. En RKK Energiya, un equipo ha realizado algunos diseños preliminares sobre una nave interplanetaria y vehículos de aterrizaje dirigidos a una misión tripulada hacia Marte.
Los ingenieros de Energiya han concebido una nave de 77 toneladas, basada en el módulo ruso Zvezda de la Estación Espacial Internacional, que transportaría a entre cuatro y seis tripulantes a Marte, con un costo de 15.000 millones de dólares.