CARACAS.- El vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, negó hoy que el gobierno esté presionando al Consejo Nacional Electoral (CNE) para que anule las firmas entregadas por la oposición para solicitar un referéndum contra el Mandatario Hugo Chávez.
Al respecto, afirmó que las denuncias del oficialismo en torno a que las firmas fueron recolectadas de manera fraudulenta forman parte del debate político y del derecho de libertad de expresión.
Rangel señaló que la oposición sí mantiene una campaña contra el órgano electoral que pretende descalificarlo y que podría tener oculto un proceso "desestabilizador".
"En las fuerzas políticas que apoyan al presidente Chávez existe la convicción de que hubo fraude, lo que no compromete las decisiones del CNE, el cual tiene la última palabra sobre las firmas", señaló en una visita a la sede del ente electoral.
El vicepresidente acusó a la oposición de emprender una campaña contra la directiva del CNE con el propósito oculto de lanzar otro "asalto a la Constitución", como el intento golpista de abril de 2002 y la huelga general del año pasado.
"La interrogante que surge es si no estaremos a las puertas de otro asalto a la Constitución por factores que no entienden el juego democrático, que se resisten a aceptar las reglas de juego", expresó.
El funcionario aseguró que sea cual sea la decisión del CNE sobre las firmas será acatada por el Poder Ejecutivo.
La oposición recolectó 3,4 millones de firmas para solicitar el referéndum contra Chávez, quien no espero que terminara el proceso de recolección el pasado 1 de diciembre para decir que se había cometido un "megafraude".
El CNE tiene la misión de revisar las firmas y de determinar si son válidas para convocar la consulta. La oposición espera para mediados del próximo mes que se anuncie la fecha del referéndum.
El proceso de revisión de firmas ha avanzado con lentitud, lo que provocó la protesta de los grupos de oposición que acusan al ente electoral de preocuparse más por las elecciones regionales del 1 de agosto que por el referéndum presidencial.
Rangel dijo que el gobierno respeta la autonomía del CNE y que jamás "meterá sus manos" en ese poder del Estado ni ejercerá ningún tipo de presión sobre él.
Agregó que una campaña proselitista del gobierno titulada "Yo no firmé contra Chávez" forma parte de la libertad de expresión y no pretende presionar a nadie.
