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De la Rúa niega acusaciones de soborno en su gobierno

En una encendida defensa, el ex Presidente argentino dijo que no tiene miedo de terminar en la cárcel "porque el daño que me han hecho es más costoso que ninguna otra consecuencia".

26 de Enero de 2004 | 16:41 | DPA
MADRID/BUENOS AIRES.- El ex Presidente argentino Fernando de la Rúa rompió el silencio que mantenía desde que abandonara su cargo en diciembre de 2001 en medio de una gravísima crisis social y declara en una entrevista que es "el único perseguido de Argentina", según publican hoy varios medios.

En una encendida defensa, De la Rúa, de 66 años, niega las acusaciones por el presunto soborno de senadores para que aprobaran una reforma laboral durante su mandato, al que llegó en el marco de la Alianza (formada por la Unión Cívica Radical -UCR- y el Frepaso).

En la entrevista, que fue concedida en Buenos Aires al español "ABC", los brasileños "O Globo" y "O Estado de Sao paulo" y "El Universal" de México, el político radical asegura que no tiene miedo de terminar en la cárcel "porque el daño que me han hecho es más costoso que ninguna otra consecuencia".

Además, culpa a una conspiración formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por el ex Mandatario peronista Eduardo Duhalde de su borrascosa salida del poder en medio de una revuelta popular.

El caso de los sobornos, que se basa en declaraciones del arrepentido Mario Pontaquarto, es en su opinión inexistente. "Nadie lo ha hecho. Lo niego absolutamente y afirmo que, si se produjo, de mi Administración no salió porque comprobé las cuentas y no hay faltantes".

También asegura que Pontaquarto se contradice y miente porque piensa que una futura ley del arrepentido lo favorecerá y será absuelto.

De la Rúa dice que no pudo concluir su gobierno por "fuerzas importantes que conspiraron para impedirlo". Al enorme endeudamiento y la situación explosiva que heredó se sumó que el FMI "quería dar una lección a costa de Argentina (...) ver el estallido de un país, mostrar que podían ser duros, y contó con la colaboración de cómplices locales".

Según añade, estos "cómplices" fueron los peronistas Duhalde, que luego llegó a la presidencia, y Carlos Ruckauf, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires.

El ex Mandatario defiende el "corralito", del cual afirma que no fue una apropiación de los depósitos de los argentinos, y el nombramiento de Domingo Cavallo como ministro de Economía.

Como autocríticas, De la Rúa señala que no pudo mantener la alianza de gobierno (su vicepresidente Carlos "Chacho" Álvarez renunció por la fecha en la que supuestamente se cometieron los sobornos) ni convencer "al justicialismo (peronismo), al conjunto de la sociedad y a la prensa de que estábamos en el camino correcto".

También asegura que nunca ordenó reprimir las protestas por las que hubo una treintena de muertos a finales de su gobierno, por lo que siente "responsabilidad política pero no legal" de lo que sucedió.