BELEN, Cisjordania.- Fuerzas israelíes irrumpieron el viernes en Belén por primera vez en seis meses en una operación contra extremistas lanzada después de que un policía palestino de esa ciudad matara a diez israelíes en un atentado suicida contra un autobús de Jerusalén.
Fuentes de seguridad israelíes dijeron que la operación finalizaría en unas horas y que los líderes de Israel habían decidido adoptar una respuesta mesurada al atentado del jueves.
Cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón, soldados mataron a tiros a un militante de Hamas que según el Ejército había abierto fuego contra ellos mientras entraban en su casa para arrestarlo.
Tropas en la Franja de Gaza mataron a dos palestinos que estaban armados con explosivos y un lanzagranadas y se acercaron a un asentamiento judío, dijeron fuentes militares israelíes.
Fuentes palestinas dijeron que los dos extremistas formaban parte de un equipo de tres hombres enviados en una operación conjunta, poco común, de Hamas, la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa para atacar el asentamiento de Dugit. El tercer hombre escapó, añadieron las fuentes.
Testigos palestinos dijeron que vehículos blindados israelíes irrumpieron en Belén y campamentos de refugiados contiguos antes del amanecer y las tropas se desplegaron para registrar viviendas.
"La operación se lanzó después de que dejamos claro que los palestinos no habían cumplido sus obligaciones de frenar el terrorismo, algo que quedó claro en el atentado de ayer", dijo una portavoz del Ejército.
Israel entregó Belén a la Policía palestina en julio para impulsar un proceso de paz ahora estancado. Responsables israelíes dijeron entonces que el Ejército volvería si las fuerzas palestinas no controlaban a los extremistas en la ciudad donde se cree que nació Jesús.
Testigos dijeron que los soldados detuvieron a 12 palestinos. Unos 15 vehículos blindados israelíes participaron en la incursión.
Las tropas derribaron la casa familiar del ’kamikaze’, un policía que también pertenecía a las Brigadas de Al Aqsa, y pidieron a sus padres y hermanos que abandonaran la vivienda para su derribo.
