BRASILIA.- El Presidente Luiz Inacio Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores (PT), inmunes en 14 meses de gobierno a escándalos de corrupción, procuraban afanosamente el lunes despejar una tormenta en ciernes tras la denuncia contra un alto funcionario.
La denuncia estalló la semana pasada contra Waldomiro Diniz, muy próximo a José Dirceu, el hombre más poderoso del gobierno después de Lula.
La estrategia gubernamental se concentraba en impedir una iniciativa opositora para crear una Comisión Parlamentaria que aclare la denuncia, registrada en imágenes de vídeo, sobre una tentativa de extorsión por parte de Diniz hace dos años ante un jerarca de un sistema clandestino de loterías.
Diniz trabajaba hasta el viernes como hombre de confianza de Dirceu, jefe de gabinete, el político más influyente del gobierno y brazo derecho de Lula.
"Los hechos denunciados ocurrieron antes que este gobierno asumiera...el presidente dimitió al funcionario denunciado y ordenó a la policía investigar el caso", dijo Dirceu, ex guerrillero que vivió en Cuba parte de sus años de exiliado de la dictadura militar brasileña.
Dirceu sólo leyó una escueta declaración ante los periodistas luego de asistir al acto de inicio de sesiones del congreso.
El semanario Epoca reveló las gestiones de Diniz ante Carlos Augusto Ramos, para recaudar fondos para la campaña electoral que empezaba y que después ganaría Lula.
El Presidente despidió al funcionario denunciado el mismo viernes, cuando la revista empezaba a circular.
Para los partidos opositores, liderados por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, el gesto fue insuficiente y sus líderes ahora piden la renuncia del propio Dirceu, junto a la formación de la comisión legislativa de investigación.
"El caso es bastante grave....y nadie sabe lo que puede salir", aseguró David Fleischer, profesor de la Universidad de Brasilia. "El gobierno esta probando el sabor amargo" de ejercer el poder y no la oposición de la que el PT fue líder en 23 de los 24 años de su vida.
El gobierno parece tener de su lado a un aliado: tiempo. Por unos días, la atención del país estará concentrada en la fiesta de carnaval.
La oposición, que hasta ahora no tuvo cómo atacar al gobierno, se vio ante una oportunidad dorada.
"El PT hará lo que tenga que hacer para mantenerse en el poder y no perderlo", dijo Enrique Castro, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Brasilia. "Es prematuro anticipar consecuencias de todo el caso, pero en mi opinión José Dirceu no saldrá...es demasiado fuerte en el gobierno y en el PT".
Lula ha dicho que Dirceu es el "capitán del equipo" y que él es el técnico, como en un equipo de fútbol.
"Durante años el PT pidió comisiones (de investigación) para todo, y ahora que está en el gobierno no la quiere", dijo la diputada opositora Zulaie Cobra.
