TEHERÁN. El Presidente de Irán, Mohammad Jatami, ordenó realizar una exhaustiva investigación sobre la explosión de un tren de carga en el noreste del país, que causó casi 300 muertos, informó hoy la agencia de noticias IRNA.
"Los funcionarios competentes deben llevar a cabo investigaciones exhaustivas para que no se repitan tales incidentes inaceptables y bastante amargos", afirmó Jatami en una declaración que se caracterizó por su tono duro.
Aún no se sabe por qué el tren, compuesto por 55 vagones cargados con productos químicos, comenzó a deslizarse repentinamente en la estación de Nayshabur, en las primeras horas del miércoles.
Al principio se creía que un temblor de tierra de moderada magnitud había puesto en movimiento el convoy, pero más tarde quedó claro que el sismo se produjo después de estallar el tren, por lo que ahora no se descarta que la tragedia se debiera a un error humano.
Funcionarios locales expresaron, mientras tanto, el temor de que se encuentren aún más cadáveres debajo de los vagones destrozados. El número de heridos aumentó a 450, en su mayoría internados en hospitales de Nayshabur. Los más graves fueron llevados a centros asistenciales de Mashad, la capital de la provincia de Jorassan.
Según los funcionarios, el número de muertos podría haber sido menor si los vecinos de la cercana población de Deh Yukeh no hubiesen acudido al lugar del siniestro para ver el tren accidentado, que después de prender fuego explotó. El estallido se produjo unas cinco horas después de incendiarse el tren y causó también la muerte de gran número de bomberos y socorristas.
La gigantesca deflagración causó graves daños en varias aldeas próximas al lugar del siniestro, especialmente en Deh Yukeh, de donde son originarios la mayoría de los muertos y heridos.
