CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II comienza mañana dos meses de intensa actividad, marcados por la Cuaresma, la Semana Santa y dos ceremonias de beatificación, que volverán a poner a prueba su salud, de la que se ha dejado de hablar últimamente.
Tras un "agitado" inicio de otoño, en el que su frágil estado de salud mantuvo en vilo a la opinión pública internacional, Juan Pablo II, de 83 años, está pasando el invierno sin especiales problemas, más allá de los que le plantea el Parkinson que sufre.
La noticia más destacada sobre la salud del Pontífice en estos últimos meses ha sido, precisamente, que se ha dejado de hablar de ella y ha desaparecido en gran medida la preocupación que acompañó sus movimientos durante buena parte del cuarto trimestre de 2004.
La alarma saltó el 14 de septiembre del pasado año, durante un viaje a Eslovaquia, al no poder leer su corto discurso ante el presidente de la República, en medio de problemas para respirar y visibles temblores. A finales de ese mes, una oclusión intestinal le obligó, por primera vez, a suspender una audiencia general.
Desde entonces su agenda se ha adecuado de forma particular a sus dificultades físicas, en concreto a sus limitaciones para desplazarse, y sus alocuciones han sido recortadas sensiblemente para no multiplicar su fatiga a la hora de hablar.
Las pasadas Navidades fueron un buen ejemplo de ello, con la supresión de su programa litúrgico de actos en los que participaba tradicionalmente, como las ordenaciones episcopales del 6 de enero y los bautizos en el Vaticano del 11 de enero.
Paralelamente al hecho de que la salud de Juan Pablo II ha dejado de ser noticia casi diaria, se han aparcado los debates y especulaciones sobre el futuro de su Pontificado, del que el pasado año celebró el 25 aniversario como el cuarto Papa más longevo de la historia, a la vez que superaba el centenar de viajes por el mundo.
Pese a que ya no puede ser el "incansable viajero" del pasado, sus actividades siguen adelante y hoy mismo la Santa Sede confirmó la larga lista de celebraciones que presidirá en el Vaticano en los dos próximos meses, marcados por la Cuaresma y la Semana Santa.
En ese calendario se mantiene su presencia en el célebre Vía Crucis que se celebra cada Viernes Santo en el Coliseo de Roma, aunque ya no pueda llevar la cruz como antes.
A partir de mañana miércoles, con el rito de la ceniza en la basílica de San Pedro, Juan Pablo II tendrá durante ocho semanas actos públicos todos los sábados, además de los habituales de los miércoles (audiencia general) y los domingos (rezo del Angelus).
La única pausa que está prevista es la semana de retiro y ejercicios espirituales para la Curia Romana, entre el próximo domingo 29 de febrero y el sábado 6 de marzo, que será impartida este año por el teólogo Bruno Forte.
Las conmemoraciones de Semana Santa comenzarán el Domingo de Ramos (4 de abril) y proseguirán con el inicio del Triduo Pascual el Jueves Santo, el Vía Crucis del Viernes, la Vigilia Pascual del Sábado y la misa y bendición "Urbi et Orbe" del Domingo de Resurrección.
El Papa presidirá también durante los dos próximos meses dos ceremonias de beatificación, el 21 de marzo y el 25 de abril. Para el 16 de mayo está prevista otra de canonización, en la que será proclamado santo el beato español José Manyanet y Vives.
En el calendario difundido hoy por la Santa Sede figuran también cuatro encuentros en el Vaticano con los fieles de quince parroquias de Roma, repartidas en cuatro sábados sucesivos a partir del próximo.
