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Romance entre judía y palestino revoluciona Cisjordania

Autoridades de ambas naciones solicitaron finiquitar el compromiso, aunque hasta el momento no hay confirmación de que exista.

26 de Febrero de 2004 | 11:58 | EFE
JERUSALEM.- El romance entre una colona de un asentamiento judío en Cisjordania y un palestino ha desatado el revuelo en sus respectivas comunidades que se niegan a aceptar su relación y alegan motivos de seguridad para que los jóvenes pongan fin a su amor.

"Un amor prohibido", así define el diario "Yediot Ahronot" las relaciones entre una joven israelí de un asentamiento religioso del norte de Cisjordania, y un palestino de una aldea vecina, cuyas identidades y lugares de residencia se mantienen en secreto para no perjudicarles.

El romance comenzó hace varios meses y fue mantenido en secreto hasta que la semana pasada fue descubierto por los vecinos del asentamiento, y corrió el rumor como un reguero de pólvora.

El diario informa de que "la vergüenza" en el asentamiento ha sido tal que sus dirigentes municipales convocaron a la joven a una entrevista especial para "investigar en profundidad los detalles" de su relación con el palestino, según uno de los participantes.

"Más allá de la tragedia personal, esta historia también tiene consecuencias en el plano de la seguridad", se agregó.

En la reunión, la joven desmintió los rumores de que ya hubiera contraído matrimonio con el palestino y aseguró que entre ambos sólo existe una "relación comercial".

Pero la respuesta no satisfizo a la población del asentamiento, sobre todo, porque también en la aldea palestina vecina también corría el rumor de que "una joven judía merodeaba con el hijo de un comerciante".

Hasta que estalló la Intifada en septiembre de 2000, las relaciones entre los habitantes del asentamiento judío y los pobladores de la aldea palestina eran cálidas y correctas.

Los colonos iban a la aldea árabe de compras y muchos de ellos trabajaban en el asentamiento, sobre todo en limpieza y construcción.

Pero en los últimos tres años -cuenta el diario- las relaciones entre ambas comunidades se han reducido al mínimo y la entrada de la población árabe al asentamiento ha sido prohibida por razones de seguridad.

También los colonos del asentamiento dejaron progresivamente de visitar la aldea, aunque no fue ese el caso de la joven.

La colona no ha tenido miedo de seguir visitando la aldea palestina y comerciar como lo había hecho con su población hasta el año 2000.

De hecho, llegó a montar un negocio para la compra productos de la población árabe y su reventa a los vecinos judíos del asentamiento, teniendo como socio en la aldea al joven palestino con quien llegó a intimar hasta que surgió el romance, según el diario.

Fueron los vecinos los que recurrieron al consejo municipal para que interviniera. "Se trata de una chica muy inteligente y especial y desde que era pequeña siempre se rebelaba contra las normas establecidas y se guiaba por su verdad", dice una habitante de la colonia.

"Pero creo que esta vez se ha pasado y ha ido demasiado lejos. ¿Porque qué futuro tienen juntos como pareja?", se pregunta, y agrega: "Estoy segura que con el tiempo comprenderá su gran error".

Pero mientras la relación entre ambos florece, hay quien en el asentamiento ya está preocupado por las implicaciones para la seguridad de la zona y por las consecuencias privadas y públicas de un matrimonio mixto entre dos pueblos en guerra.