WASHINGTON.- Estados Unidos ha puesto por primera vez en tela de juicio la capacidad del presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide, de controlar la crítica situación en Haití y le ha acusado de cometer errores durante su gobierno.
"Ha cometido errores", dijo el secretario de Estadode EE.UU., Colin Powell a la televisión poco después de instar al agobiado presidente haitiano a que "analice si puede, efectivamente, gobernar".
El jefe de la política exterior de EE.UU. insistió el jueves en su esperanza de que Aristide "considere cuidadosamente los intereses del pueblo haitiano. Yo sé que tiene a su pueblo en el corazón".
Añadió que el Gobierno estadounidense está listo para respaldar "una fuerza internacional que entre en el país para sostener a un régimen de transición".
Una fuente de la Casa Blanca, que pidió que no se le identificara, indicó que esa declaración fue "abrir la puerta" para que Aristide abandone el poder.
Fue formulada en momentos en que las fuerzas rebeldes que controlan la mitad del país se aprestaban a lanzar un ataque sobre la capital, Puerto Príncipe, tras semanas de violencia en la que han muerto alrededor de 70 personas.
Además, Powell habló a los periodistas tras señalar ante un comité del Senado que "el proceso político y democrático en Haití, esencialmente, se ha derrumbado".
Añadió que "para mí es una gran decepción que nos encontremos en esta posición. Lamento que en los últimos diez años no hayamos visto el progreso que esperábamos".
En la década pasada Aristide recuperó el poder del que había sido desalojado por fuerzas rebeldes haitianas después de una intervención militar de EE.UU.
Estados Unidos también ha acusado al Gobierno de Aristide de fomentar la violencia de grupos civiles armados para intimidar a la oposición.
Poco antes de las declaraciones de Powell, Aristide había insistido en una entrevista para la cadena de televisión CNN que sólo abandonará el poder cuando expire su mandato, en 2006.
El presidente haitiano "no puede ir de golpe de Estado en golpe de Estado" y por ello "dejaré el Palacio Presidencial el 7 de febrero de 2006, lo que será bueno para salvar la democracia", declaró.
También manifestó que el envío de una fuerza internacional de paz al país caribeño representaría "una gran diferencia" en la crisis de su país.
Aristide acusó a los sublevados de ser "terroristas" y pidió la acción internacional "para salvar la democracia".
Advirtió además que si se concreta el avance de los grupos de oposición sobre la capital habrá un baño de sangre y una fuga en masa de haitianos hacia la Florida, como ocurrió en la década pasada.
El presidente haitiano ha aceptado el plan de paz propuesto por los países mediadores en el conflicto, que prevé mantenerle en el poder junto con el nombramiento de un primer ministro independiente que se encargue de reorganizar a la policía -la única fuerza de seguridad que existe en Haití- y de convocar elecciones.
Pero la oposición política ha rechazado el plan y considera imprescindible que el ex sacerdote católico abandone el poder.
Aristide instó a Estados Unidos a enviar tropas a su país una vez más, tras recordar que existe un tratado que permite al Gobierno de Washington enviar efectivos para luchar contra el narcotráfico y que se podría invocar en esta ocasión "para evitar el tráfico de drogas y armas que efectúan esos terroristas".
Pero Estados Unidos ha dicho que el envío de tropas "no entra en los planes", ya que ya tiene demasiados soldados comprometidos en otras misiones en el exterior, como Irak o Afganistán.
Sin embargo, el presidente norteamericano, George W. Bush, indicó el miércoles que "anima" la creación de una fuerza internacional de paz para Haití -propuesta también por Francia- una vez que se haya llegado a un acuerdo político entre el Gobierno y la oposición.