CARACAS.- Fuerzas militares reprimieron hoy una marcha opositora que exigía un referéndum revocatorio contra el presidente Hugo Chávez, dejando dos muertos y opacando la celebración de la XII Cumbre del Grupo de los 15 países que se inició en Caracas.
Mientras los gases y la pólvora flotaban en las calles, Chávez se instaló en el evento al que asistieron seis jefes de Estado, pero no hizo mención alguna a los sucesos.
Las tropas del Ejército y de la Guardia Nacional (policía militarizada) lanzaron gases lacrimógenos y perdigones contra la movilización que pretendía entregar a los mandatarios visitantes un documento de denuncia por los obstáculos que confronta la consulta popular.
Los disturbios se extendieron en varias partes de la ciudad en medio de quemas de cauchos, cierre de vías, saqueo de algunos vehículos y disparos de desconocidos, con un saldo de dos muertos y 21 personas heridas, la mayoría de bala, según Unión Radio.
Así mismo, los bomberos informaron que tuvieron que atender a unas 350 personas asfixiadas por los gases, incluyendo a doce niños de un pre-escolar y un bebé.
El alcalde mayor de Caracas, Alfredo Peña, leyó un listado con los nombres de dos personas fallecidas, de 25 y 65 años, y 13 heridos de bala que fueron hospitalizados en varios centros de la capital, entre ellos un periodista y un reportero gráfico.
Peña deploró la "brutal agresión" contra la movilización y exhortó al gobierno a no reprimir a las marchas de la oposición.
"Es una verdadera desgracia que no se pueda hacer una movilización pacífica y cívica, defendiendo legítimos derechos establecidos en la Constitución, sin que sea agredida... es una vergüenza y un luto que esto esté pasando en Venezuela", expresó.
A su vez, el vicepresidente José Vicente Rangel dijo que la "violencia anunciada" dejó tres soldados heridos y que una sede local del partido oficialista Movimiento V República (MVR) fue incendiada, lo que sin embargo no pudo ser confirmado.
La manifestación de varios miles de personas, que ondeaban banderas y pancartas, fue repelida en un puente, en los alrededores del lugar de la reunión del G-15, por tropas del Ejército con equipos antimotines, apoyados por carros blindados.
La arremetida de las fuerzas policiales dispersó a los manifestantes que respondieron lanzando piedras, en medio de la nube de gas, pero mantuvieron la protesta.
