WASHINGTON.- Estados Unidos lanzará una amplia ofensiva diplomática para explicar sus criticados planes de reforma para Medio Oriente, y con ese fin decidió enviar a un alto funcionario a la región para promoverlo.
El subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, Marc Grossman, iniciará el lunes una gira de una semana por Jordania, Egipto, Marruecos y Bahrein para impulsar el proyecto denominado "Iniciativa para el gran Medio Oriente", que Washington quiere que se apruebe en la cumbre del G8 en junio próximo en Georgia (sureste de Estados Unidos).
Según sus creadores, este proyecto, que Washington espera llevar adelante con la Unión Europea (UE) y la OTAN, pretende estimular las reformas democráticas y la apertura económica en el mundo árabe y musulmán para terminar a largo plazo con las frustraciones y la pobreza de las que, según cree, se nutre el terrorismo.
Quienes acepten las reformas recibirán apoyo y trato preferencial de Washington y sus principales aliados, según la iniciativa, de la que Estados Unidos sólo ha revelado algunos aspectos generales.
Este proyecto es objeto de numerosas críticas en el mundo árabe -incluyendo de sus aliados Egipto y Arabia Saudita-, que reprocha a Washington su escasa comprensión de los países de la región, y duda de la eficacia de un proyecto de progreso social y político impuesto desde el exterior.
El malestar también surge del hecho de que mientras Estados Unidos presiona para que se emprendan reformas en la región, se mantiene distante del conflicto entre Israel y los palestinos.
Grossan también viajará a Turquía, un país musulmán que Washington considera un modelo de evolución democrática, y a Bruselas, sede de la UE y de la OTAN.
"Lo que queremos hacer es mirar estos programas que tenemos, ver qué cubren en términos de apoyo a las reformas, apoyo al cambio en Medio Oriente, y después vemos cómo estas organizaciones u otras organizaciones pueden complementarlos y ayudar a construir un sistema bastante amplio de apoyo para las reformas y el cambio positivo", dijo el portavoz del departamento de Estado, Richard Boucher.
El Presidente George W. Bush quiere que la iniciativa sea el centro de la próxima cumbre del G8, y fuentes norteamericanas dicen que el plan debe ser un punto clave en la agenda de la reunión ministerial Estados Unidos-UE, que se llevará a cabo el próximo lunes en Washington.
También lo discutieron el viernes pasado en la capital norteamericana Bush y el canciller alemán, Gerhard Schroeder.
"Junto a nuestros amigos y aliados en Europa y el gran Oriente Medio, coordinaremos estrechamente nuestros esfuerzos para responder a los llamados lanzados en favor de reformas en la región y desarrollar propuestas específicas que serán presentadas ante el G8 y en las cumbres entre Estados Unidos y Europa y de la OTAN que se realizarán en junio", afirmó Washington en una declaración conjunta germano-estadounidense.
En Siria, que mantiene tensas relaciones con Estados Unidos, el diario oficial Techrine calificó la iniciativa de "inaceptable", destinada a distraer la atención del conflicto entre Israel y los palestinos.
Francia dijo el pasado viernes que su prioridad en la región es un acuerdo para terminar con ese conflicto.
El Presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha dicho que rechazará cualquier fórmula propuesta desde el exterior para reformar la región tras la guerra de Irak.
El secretario de Estado, Colin Powell, contestó: "Estoy de acuerdo con los egipcios y con los sauditas" en que las reformas "no pueden imponerse desde el exterior. Deben ser aceptadas desde el interior".