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La seguridad es la principal preocupación en Haití

Luego de la renuncia del presidente Jean Bertrand Aristide, los haitianos buscan retomar la calma después de tres semanas de disturbios.

01 de Marzo de 2004 | 08:42 | EFE
PUERTO PRÍNCIPE.- La seguridad es la principal preocupación de los haitianos, tres semanas después del inicio de la insurrección que desembocó en un vacío de poder con la salida del país el domingo de Jean Bertrand Aristide, sustituido interinamente por el presidente del Tribunal Supremo, Boniface Alexandre.

Tras correr la noticia de su renuncia al poder, Puerto Príncipe fue pasto de los saqueos por bandas de oportunistas que aprovecharon el caos para asaltar almacenes, tiendas y viviendas, mientras los partidarios del depuesto gobernante pasaban a un segundo plano, pese a las amenazas proferidas por los temidos ’’chimeres’’, los leales a Arisati.

Para hoy lunes está prevista la llegada de los primeros refuerzos internacionales de los marines estadounidenses y militares canadienses desplegados como avanzadilla en el país, que esperan destacamentos norteamericanos, franceses y fuerzas de los vecinos países de la Comunidad del Caribe (CARICOM).

Con la venia del consejo de seguridad de Naciones Unidas, los países vecinos apoyados por Estados Unidos, Francia y Canadá desplegarán una fuerza de paz, que pretende mantener la deteriorada seguridad en el país.

Sus promotores, que durante el proceso de mediación internacional han mantenido contactos con la oposición política reconocida y los cabecillas de la insurrección armada, confían en que hagan honor a sus promesas.

Esperan que depongan las armas una vez que el ex mandatario ha abandonado el poder como exigían en las fracasadas negociaciones en las que se propuso un Gobierno de transición hasta la convocatoria de elecciones, plan al que se opusieron mientras Aristide continuara en el poder.

El embajador estadounidense en Haití, James Foley, que ha tenido un destacado protagonismo en el proceso de negociación que condujo a la salida de Aristide, destacó que la fuerza multinacional cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU.

La policía haitiana, mermada por las deserciones y muy desmoralizada, encuentra grandes dificultades para retomar el control de la situación en Puerto Príncipe, tal y como pidió a sus mandos el primer ministro, Yvon Neptune.

También los portavoces de la coalición opositora Plataforma Democrática, invitaron a la policía a tomar disposiciones especiales para proteger las vidas y los bienes.

El vacío de poder no fue desaprovechado por los saqueadores y partidarios de Aristide que, entremezclados, asaltaron la comisaría de Pétion Ville, uno de los barrios más castigados del este de la capital, e incluso la principal de Puerto Príncipe, donde también pusieron en fuga a los agentes.

La Cárcel Nacional, la prisión más grande del país, fue igualmente asaltada por maleantes y en el caos consiguieron evadirse de centenares de reclusos.

Los partidarios armados de Aristide intentaron entrar en casas privadas a la búsqueda de armas y objetos de valor e incluso saquearon las residencias de los altos funcionarios del depuesto Gobierno.

Los más enfurecidos por la actuación de Washington y París, la antigua metrópoli, acusaban a los gobiernos de Canadá, Francia y los Estados Unidos de haber instigado la renuncia del ya ex presidente Aristide.

En medio del caos, el embajador de Estados Unidos invitó a los haitianos a cooperar para facilitar el establecimiento de la paz, llamamiento al que se sumaron diversas personalidades haitianas.

Entre quienes recabaron el apoyo de la comunidad internacional a la policía local, figura el ex diputado independiente Alix Fils Aimé.

El comandante de las fuerzas rebeldes, Guy Philippe, que planea entrar hoy en la capital, anunció también que sus hombres desean la llegada de una fuerza internacional lo mas pronto posible.

En declaraciones telefónicas a la cadena de televisión estadounidense CNN, Philippe destacó su disposición a cooperar con la comunidad internacional mediante el diálogo.

Además de la seguridad el embajador estadounidense destacó que es preciso una ’’ayuda considerable’’ para contribuir a que Haití salga de su difícil situación.

Las organizaciones humanitarias tienen como reto inmediato, una vez garantizada la seguridad de sus miembros, el reparto de los suministros básicos tras tres semanas de insurrección armada que han causado el desabastecimiento generalizado en un país con altos índices de necesidad.
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