JERUSÄLEN.- Las fuerzas de seguridad de Israel fueron puestas hoy en estado de máxima alerta por temor a que extremistas palestinos cometan atentados suicidas durante la fiesta del Purim (’’suerte’’ en hebreo), con la que se recuerda la salvación del pueblo judío asentado en provincias de Persia.
Miles de policías, soldados y voluntarios estaban patrullando en la mañana de hoy las calles de las ciudades, parques y otros lugares públicos, donde se esperan concentraciones multitudinarias este viernes, especialmente de padres y niños vestidos con trajes típicos, para celebrar la fiesta del Purim, que se parece mucho a un carnaval.
El Ejército israelí cerró en la noche del jueves todos los accesos a Cisjordania y a la Franja de Gaza y ningún trabajador palestino podrá entrar en territorio israelí hasta el próximo martes, excepto en casos de emergencia humanitaria.
La policía bloqueó las carreteras al este de Tel Aviv, cerca de la frontera con Cisjordania, después de que los servicios de inteligencia recibieran reportes advirtiendo de que una ’’célula terrorista’’ palestina se dirigía a territorio israelí desde esa zona.
Mientras, un niño palestino de diez años murió hoy en el hospital de Shiffa, en Gaza, a causa de las heridas que había sufrido el sábado de la semana pasada durante un ataque de helicópteros israelíes en la Fral norte de la ciudad de Gaza, matando a tres militantes del grupo radical islámico Yihad y causando heridas a varias personas ajenas a los hechos.
El niño de diez años, originario de un campo de refugiados, fue alcanzado por esquirlas en la cabeza. Los médicos lo habían declarado clínicamente muerto y sólo podían mantenerlo con vida artificialmente.
