CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II reiteró hoy que los problemas no se resuelven con la violencia, pidió a los hombres que no se dejen capturar por ella y afirmó que el mundo de hoy tiene que saber que se puede vencer con la bondad, el perdón y la benevolencia.
El Pontífice hizo estas manifestaciones ante diez mil personas que asistieron en el Aula Pablo VI del Vaticano a la audiencia general de los miércoles, cuya catequesis dedicó al Salmo 19 "Plegarias para la victoria del Rey-Mesias".
Juan Pablo II presentaba aspecto cansado y tenía la voz débil. Sólo leyó varios párrafos del texto escrito.
Conforme avanzó la audiencia se le vio más recuperado, saludando, con voz clara, en español, francés, inglés, alemán y polaco a los fieles presentes.
El Obispo de Roma dijo que aunque el salmo está ligado a la realidad de la guerra, es también una llamada "para que los hombres que se fían de Dios no recurran a la violencia para resolver los problemas difíciles", es una invitación para que los hombres "jamás se dejen capturar por la atracción de la violencia".
"El mundo de hoy necesita recordar que se puede vencer por medio de la bondad, del perdón y de la benevolencia. Recemos para que este mesiánico programa de la victoria mediante el amor sea acogido por todos los pueblos que desean la paz del mundo", afirmó el Pontífice.
Papa Wojtyla insistió en que los hombres deben oponerse a la violencia con "la fe, la benevolencia, el perdón y el ofrecimiento de la paz".
También recordó que ya el apóstol San Pablo pidió a los cristianos que no hagan daño a nadie y que intenten realizar el bien ante todos los hombres.
El Papa manifestó también que este salmo es un himno a Cristo Rey, "que viene al mundo sin ejércitos, pero que con la fuerza del Espíritu salva a su pueblo".
"Cristo viene para confrontarse con las fuerzas del mal, viene sin ejército, pero con la potencia del Espíritu Santo vence la prepotencia, la mentira, el egoísmo y toda forma de maldad", precisó el anciano Pontífice.
Como es habitual, el Papa saludó en diferentes idiomas a los fieles presentes. A los españoles animó a confiar plenamente en Cristo, "único salvador del género humano, y a cultivar sentimientos de reconciliación y de paz".
El Papa hizo votos para que esos sentimientos de paz impregnen las relaciones entre los grupos y pueblos del mundo entero.
