WASHINGTON.- El ex jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, aseguró hoy que Estados Unidos, antes de invadir Irak, tenía una idea fija acerca de que Bagdad poseía armas de destrucción masiva y rechazaba las evidencias de lo contrario.
"Creo que tenían una idea fija. Ellos (el Gobierno de Washington) querían llegar a la conclusión de que allí había ese tipo de armas", dijo el sueco Blix en una entrevista con la cadena de televisión NBC.
Añadió que los responsables estadounidenses "estaban convencidos de que existían (esas armas)" y no estaban interesados en pruebas que señalaran lo contrario.
El pasado domingo, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, enfatizó que en Irak "no volverá a haber armas de destrucción masiva" gracias a la salida de Saddam Hussein del poder.
Con ocasión del próximo primer aniversario del inicio de la guerra iraquí, período en el que no se han hallado armas de destrucción masiva en ese país, los principales asesores del presidente de EE.UU., George W. Bush, explicaron ante la televisión los resultados de la guerra en Irak y contra el terrorismo.
Powell, quien hoy está en India y luego irá a Pakistán y Afganistán, dijo que "estamos sorprendidos, porque pensamos que habría arsenales" en Irak, en una comparecencia ante la cadena de televisión Fox.
"Yo creía razonablemente que esos arsenales estarían allí", señaló el responsable de la política internacional estadounidense, tras afirmar que el Reino Unido, EE.UU. y otros países del mundo creían que había arsenales de destrucción masiva "de los que se desconocían el paradero" en el país árabe.
Según Blix, el motivo de la invasión de Irak fueron los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El ex jefe de inspectores considera que esa tragedia motivó a las autoridades de Estados Unidos a destruir "posibles vínculos teóricos e hipotéticos entre Sadam Husein y los terroristas. Eso fue equivocado. No había nada", precisó.
Sobre las pruebas presentadas por Powell ante el Consejo de Seguridad de la ONU para justificar la guerra, Blix manifestó que desaprobó algunas de las evidencias que pudo ver, y que le comunicó su opinión a ese organismo.
El ex jefe de inspectores de armas de las Naciones Unidas situó en el nivel de "muy pobre" la credibilidad de los informes del espionaje estadounidense y británico sobre la existencia de esas armas en Irak.
Sostuvo que "no encontró nada" durante las verificaciones que llevó a cabo en enero de 2003 en varios lugares que fueron señalados como sospechosos por parte de los servicios de espionaje.
"Entonces fue cuando realmente empecé a dudar de la calidad del espionaje, porque parecía que esos servicios estaban cien por cien seguros de que habían esas armas, pero tenía un cero por ciento de conocimiento de los lugares donde estaban", subrayó.
Para Blix, Saddam Hussein no era un peligro para el mundo en 2003, ni para la región, "pero sí era un terror para su propio pueblo".
Resaltó que "en ese sentido, su propio pueblo está hoy más seguro de él, pero no está seguro de ideologías y de los terroristas en su país".