
Carlos Menem, ex Presidente de Argentina.
Carlos Menem tenía pensado estar en estos días en La Rioja para mostrarle a su nuevo hijo, Máximo, su tierra natal. Quería mudarse cerca de Anillaco, donde construye desde hace meses una casa en un terreno que eligió su esposa, Cecilia Bolocco. Pensaba también que, con el tiempo, iba a recuperar algún espacio político después del día en que decidió, presionado por su entorno, renunciar a un ballottage contra Néstor Kirchner. Pero otra vez lo acechan las complicaciones judiciales. Está casi "exiliado" en Chile, dicen sus amigos, y de muy mal humor.
El ex presidente no volverá a la Argentina, según él mismo admitió, porque siente que es un perseguido político y que el juez Norberto Oyarbide, que lo investiga por el delito de omisión maliciosa, falsedad ideológica y lavado de dinero, no hace lugar a ninguno de los planteos de nulidad que hace su abogado, Oscar Salvi.
Menem está muy enojado e indignado, según dijeron a "LA NACION" de Buenos Aires tres personas que siguen en contacto con él, en el momento de mayor soledad política del ex presidente después de haber estado 10 años en el poder.
No juega al golf por la lesión en el brazo, según le contó a un ex funcionario. Y, para peor, el médico le dijo que quizá no pueda practicar por mucho tiempo su deporte favorito. Tiene desactivado, además, un plan para intentar volver a la política.
Está casi siempre encerrado en la casa que tiene su esposa, Cecilia Bolocco, en Chile, y en contacto permanente con sus abogados. Lo único que no deja de hacer es de estar informado sobre todo lo que pasa en la Argentina y de leer. Uno de los hombres que integraron su gobierno contó a LA NACION que hoy el ex presidente "no tiene casi nada" del Menem de los últimos años. Agregó que se le nota en su semblante y en su forma de hablar.
En las últimas horas, Menem recibió dos malas noticias: los peritos judiciales le negaron la excusa médica que expusieron sus abogados para no presentarse ante el juez Norberto Oyarbide y afirmaron que puede viajar en avión y presentarse ante la Justicia pese a su lesión en el húmero.
La otra mala noticia fue que el secretario general del gobierno chileno, Francisco Vidal, ya dijo que el ex presidente argentino será tratado como un ciudadano común si la justicia argentina dicta una orden de captura en su contra en los próximos días.
"En Chile, ningún ciudadano, ni extranjero residente o de paso por Chile, está por sobre la ley", comentó el vocero del gobierno chileno.
Indignación
Cerca del ex presidente crecieron en las últimas horas la preocupación y la indignación absoluta. Pensaban que el juez iba a admitir las excusas médicas. Todo volvió a complicarse y por ahora se mantendría la decisión de no presentarse a la Justicia, aun sabiendo que sólo tiene que ampliar su declaración y no quedará preso.
"No hay muestra más cabal de que esto es una persecución política, porque quieren indagarlo por dos cuentas del Banco de La Rioja, en las que no hay un peso, dos avionetas que no valen nada y acciones de Telefónica que no superan los $ 3000", se quejó un hombre del círculo íntimo de Menem.
Oyarbide tiene pensado fijar una nueva fecha para la ampliación de la indagatoria de Menem. Si el ex presidente no vuelve a presentarse, entonces sí dictará su captura internacional. Pero existe otra complicación: el ex presidente tiene que presentarse el viernes próximo ante el juez Jorge Urso, que lo investiga por presuntas irregularidades en construcciones de cárceles.
Se trata del segundo llamado, con lo cual si Menem no se presenta, el juez Urso podría dictarle la captura internacional. El senador y hermano del ex presidente, Eduardo Menem, sostiene que esta investigación también es producto de una persecución política orquestada desde el Ministerio de Justicia, que conduce Gustavo Beliz.
En el entorno menemista culpan al Presidente por la situación de Menem. "En un régimen tan verticalista como el de Kirchner no existe la posibilidad de que Beliz avance sin su orden", dijeron los allegados a Eduardo Menem.
El ex presidente no quiere ni pensar que podrían dictarle una orden de captura internacional. LA NACION intentó comunicarse con él, pero uno de los hombres que lo acompañan aseguró que en los próximos días "dará una conferencia de prensa".
Si hay algo que no tiene Menem es paciencia, dicen los que aún hoy lo tratan. "No quiere esperar el juicio de la historia y necesita que le reconozcan algún valor, por eso está muy enojado", dijo a LA NACION un allegado que lo conoce muy bien.
Sigue hablando con los de siempre: Eduardo Bauzá, Carlos Corach y aun con el accidentado Alberto Kohan. Pero son pocos los que hoy lo defienden como antes. Los diputados menemistas se sumaron a la "era K" y se incorporaron al bloque del PJ. Su hermano Eduardo lo defiende en el Senado, pero ni el gobernador de La Rioja, Angel Maza, reivindica su menemismo.
Maza se acomodó con la administración Kirchner y le aseguró al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que estaba alineado con el Gobierno.
Menem fue por última vez a La Rioja hace 50 días, cuando tuvo que presentarse ante el juzgado federal provincial, por orden de Urso. Supuestamente debía presentarse todos los meses durante los primeros cinco días hábiles, pero en marzo aún no lo hizo.
Una escena que representa la soledad de Menem en su propia provincia es que el vicegobernador, Luis Beder Herrera, uno de los que lo iban a buscar hasta la pista de aterrizaje de Anillaco, dijo en una reunión: "Menem ya fue".
En el PJ riojano ya se preguntan quién será el líder del posmenemismo, y no piensan en el sobrino del ex presidente, el diputado Adrián Menem.
Los que siempre fueron fieles, como la diputada porteña Silvia Majdalani, Claudio Sebastiani y los empresarios Jorge Cupeiro y Francisco Mayorga, suelen viajar a Chile a ver a su "jefe". También el empresario Francisco de Narváez, su ministro de Desarrollo Social si le ganaba a Kirchner.
Carlos Reutemann y Ramón Puerta no quieren saber nada con formar un polo de poder que represente a Menem y se oponga al Gobierno. "Yo nunca fui menemista", advirtió Puerta a LA NACION. Reutemann aseguró que apoya al Gobierno y que no será oposición.
Los próximos días serán decisivos para Menem. Por primera vez en su vida, no tiene planes políticos por delante.