LA PAZ.- Con la colocación de ofrendas florales en la plaza que lleva el nombre del héroe en la defensa del territorio boliviano, Eduardo Abaroa, comenzaron hoy en La Paz los actos de conmemoración por el 125 aniversario de la acción militar que le significó al país altiplánico perder su litoral a manos de chile.
El aniversario, que coincide con la reactivación del tema marítimo, les ha servido a los bolivianos como motivo para ratificar sus deseos de superar la mediterraneidad con una fuerza que según los analistas no se notaba desde hacía por lo menos un cuarto de siglo.
Los principales actos se han concentrado en la Plaza Abaroa, en el tradicional barrio de Sopocachi, hasta donde fueron trasladados la noche del lunes los restos del héroe en medio de un desfile militar.
A lo largo del día se esperan diversos actos, que incluirán una sesión conjunta de los tres poderes del Estado y una disertación del Presidente Carlos Mesa, quien además es historiador con profundos conocimientos sobre la Guerra del Pacífico, que se extendió hasta 1883 y que también le significó pérdida de territorio al Perú.
Ya este lunes se habían presentado en La Paz numerosos desfiles escolares, en medio de un ambiente que inspira a todos los sectores sociales y que ratifica al tema marítimo como un punto de unión de los bolivianos.
El 23 de marzo de 1879, cerca de cien bolivianos comandados por Abaroa no pudieron evitar a pesar de su ardua resistencia que los chilenos, que según los historiadores los quintuplicaban en número, cruzaran el puente Topater, en lo que fue el inicio de la toma del puerto de Antofagasta y la pérdida del litoral boliviano.
La mediterraneidad ha sido la característica preponderante en el desarrollo histórico boliviano. Los analistas nacionales consideran a ese factor como una de las causas del retraso del país, aunque no la única.
Bolivia demanda de Chile la entrega de una salida soberana al mar, aunque no por los territorios que le pertenecieron, pues eso sería un imposible geográfico, sino por una franja al norte del puerto de Arica. Santiago se rehúsa a cualquier diálogo que incluya la soberanía.
