BRUSELAS.— Gobernantes de la Unión Europea designaron el jueves a un ex funcionario holandés para coordinar la lucha contra el terrorismo después que los atentados de Madrid pusieron de manifiesto la vulnerabilidad europea.
Presidentes y primeros ministros de las 25 naciones se reunieron con ánimo sombrío; en la víspera muchos habían asistido al funeral de las 190 víctimas de las bombas.
"El terrorismo es una lucha que debe continuar", dijo el jefe de política de seguridad de la UE, Javier Solana. "No podemos fracasar en esa batalla".
Los gobernantes firmaron una serie de medidas de emergencia para mejorar la cooperación entre sus servicios policiales y de inteligencia, aprobar leyes que permitan una orden de arresto válida para toda la UE, reforzar los controles de frontera y crear una base de datos de sospechosos.
Gijs de Vries, un ex viceministro del Interior holandés, fue elegido para el nuevo puesto de coordinador antiterrorista con la tarea de supervisar la aplicación de las nuevas medidas continentales.
Por otra parte, tras el funeral de la víspera para las 190 víctimas de los atentados de Madrid, los 25 miembros actuales o próximos de la UE discutían cómo mejorar la cooperación en la lucha contra el terrorismo.
La carnicería del 11 de marzo en Madrid ayudó a forjar un sentimiento de unidad en la lucha: las naciones se comprometieron a dejar de lado antiguas diferencias más allá de la respuesta inmediata al terrorismo.
En un esfuerzo por reforzar los vínculos, se espera que los gobernantes reanuden las discusiones sobre la primera constitución europea, interrumpidas hace tres meses.
Se prevé que los gobernantes reanudarán las negociaciones y fijarán plazo hasta junio para concluirlas.
"Confío en concluirlas antes del fin del semestre", dijo el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.
Se advierte un nuevo optimismo desde la victoria electoral en España en las elecciones del 14 de marzo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, más dispuesto que el gobierno anterior a buscar una solución.
Polonia ha flexibilizado su posición. "No excluimos la posibilidad de hacer concesiones", dijo el canciller polaco Wlodzimierz Cimoszewicz.
Sin embargo, aún no estaba claro cómo se resolvería el problema de los votos calificados de las 25 naciones. Las conversaciones de diciembre fracasaron cuando Polonia y España se opusieron a un proyecto que reducía el peso de sus votos.
La constitución incluye reformas que determinan el poder de los gobiernos individuales en la toma de decisiones por la UE.
El proyecto de constitución establece que las decisiones serán válidas si las aprueban la mitad de los países de la UE que comprenden por lo menos el 60% de la población. Todavía no se ha logrado acuerdo sobre esto.