BUENOS AIRES.- El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, impuso hoy a su candidato para la conducción del mayoritario Partido Justicialista (PJ), en medio de la primera crisis interna que lo enfrentó durante las últimas horas con varios gobernadores a raíz de su política de derechos humanos.
En un clima de tensión interna, el gobernador de Jujuy (provincia del noroeste argentino), Eduardo Fellner, fue elegido hoy para liderar el peronismo, en el marco de un congreso partidario al que no asistió Kirchner, pero sí la primera dama, Cristina Fernández, quien ofuscada reclamó "la renovación" de esa fuerza.
La primera dama fue la encargada de transmitir el disgusto presidencial ante las rencillas internas, que -además- no cuentan con la aprobación popular.
"No es el primer congreso en el que no me dejan hablar", se quejó la senadora Cristina Fernández de Kirchner al ser abucheada por reclamar "un peronismo diferente".
"Tal vez sea el último (congreso) en el cual podamos encontrarnos", advirtió ante el auditorio, molesto -además- porque el Presidente fomenta la creación de un espacio transversal, nutrido por independiente y dirigentes de centroizquierda alineados con su gobierno.
Para cerrar, Fernández dijo que había rechazado ocupar un cargo partidario porque siempre repudió ’’a las mujeres portadoras de apellido’’.
Las palabras de Cristina Kirchner fastidiaron a la ex primera dama, Hilda "Chiche" González, esposa del ex presidente Eduardo Duhalde, quien maneja el peronismo de la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país.
"Estoy orgullosa de ser una mujer portadora de apellido", replicó la esposa de Duhalde.
El presidente faltó a la cita argumentando que tenía "cosas más importantes" que resolver que la interna partidaria, tras el enfrentamiento con varios gobernadores, sobre todo con el cordobés (centro del país), José Manuel De la Sota.
Los gobernadores denunciaron "haber sido discriminados" por los organismos de derechos humanos que organizaron el acto inauguración del Museo de la Memoria, en el predio donde funcionó hasta ahora la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y donde durante la dictadura (1976-1983) había un centro clandestino de tortura y detención.
Los organismo de derechos humanos objetaron la presencia en la ESMA de varios gobernadores, entre ellos De la Sota, por su cercanía con el ex presidente Carlos Saúl Menem (1989-1999) y por no estar consustanciados con el repudio a la dictadura.
Los gobernadores se sintieron molestos porque Kirchner "no los defendió" ante los organismos y publicaron una solicitada que irritó al Presidente.
Sin embargo, con el congreso partidario previsto desde hace meses para hoy, muchos interpretaron que De la Sota, al diferenciarse de la política de derechos humanos de Kirchner, buscó posicionarse como el referente de un sector opositor al Presidente dentro del peronismo.
A pesar de que en el congreso partidario abundaron los cruces entre los fieles a Kirchner y otros referentes del partido, el jefe del Estado logró que el partido aprobara a su candidato a la conducción y que expresara públicamente apoyo a su gestión.
Como ya ocurrió en varias ocasiones, Duhalde, quien tampoco asistió al encuentro, ofició como mediador a la distancia: en una carta dirigida al congreso partidario pidió "apoyo" al gobierno de Kirchner.
De la Sota, quien según versiones iba a ocupar una de las vicepresidencias del PJ, quedó apartado de los primeros planos de la conducción a pedido del propio Kirchner.
El gobernador cordobés aseguró que el PJ debe brindar un "respaldo absoluto" al gobierno, pero que en el ámbito partidario se debe defender "el derecho a pensar distinto".
Lo cierto, es que una crisis que se insinuaba similar a la que atraviesa el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) en brasil, y que amenazaba con menguar el poder de Kirchner dentro de su fuerza política, se postergó para otro momento.
