LA PAZ.- El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, recordó hoy que el encuentro de mañana, martes, entre las selecciones de su país y de Chile en La Paz es sólo "un partido de fútbol" que no tiene nada que ver con las diferencias de ambas naciones.
"Lo que mañana va a jugarse es un partido de fútbol, no es un debate histórico ni una resolución de conflictos bilaterales entre dos naciones", indicó el gobernante al clausurar un Congreso de la Federación Boliviana de Fútbol.
Mesa admitió que el enfrentamiento, correspondiente a la quinta jornada de la fase de clasificación para el Mundial de Alemania 2006, "ha galvanizado a los bolivianos por el contexto en el que se ha desarrollado, un contexto que tiene características políticas e históricas".
En los últimos meses, la demanda boliviana de una salida soberana al Océano Pacífico por territorio que perdió a manos de Chile en una guerra del siglo XIX ha adquirido especial resonancia debido al apoyo de otros países y a los esfuerzos diplomáticos del gobierno.
Sin embargo, Mesa opinó que el encuentro deportivo no debe convertirse en una "confrontación que esté más allá de lo que debe ser" y anticipó que la afición local "tendrá la madurez de demostrar una vez más que somos anfitriones, que estamos a la altura de una tradición de respeto y consideración".
El mandatario mostró su convencimiento de que los seguidores de la selección boliviana animarán a los jugadores "sin que haya elementos de violencia ni de tensión en el contexto, ni antes, ni durante ni después del partido".
"En mi corazón por supuesto debe ganar la selección boliviana" dijo, para reiterar luego la necesidad de que la cita se desarrolle en el marco de la deportividad y el civismo.
En su discurso ante los directivos del balompié nacional, Mesa se mostró crítico con la situación de este deporte en el país al señalar que "el fútbol boliviano ha perdido competitividad internacional" y se encuentra "en un momento en el que se siente un cierto estancamiento".
Para superar esta coyuntura, el presidente boliviano propuso "una renovación generacional y de mentalidad", así como el fortalecimiento de las relaciones entre el deporte profesional y aficionado y entre los órganos rectores del fútbol nacional.
