MADRID.- Tras las nuevas amenazas de la red terrorista Al Qaeda contra España, el Ejército mantiene labores de vigilancia y control en líneas de ferrocarril del país, en el que también se ha reforzado el control fronterizo, informaron hoy fuentes oficiales.
El lunes, la policía municipal había comenzado a patrullar el metro de Madrid por primera vez en su historia. En las últimas horas se ha reforzado el control en las fronteras, sobre todo en las de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en el norte de África.
Un centenar de soldados de la Brigada de Infantería Acorazada "Guadarrama XII" vigila la línea de ferrocarril entre Madrid y Segovia, en el centro del país, dijo hoy el subdelegado del Gobierno en esta última provincia, Manuel Junco, a medios españoles.
Otros cuarenta efectivos de la División Acorazada de El Goloso vigilan las vías del tren de alta velocidad AVE en la provincia de Toledo, al sureste de Madrid, informó el alcalde de la localidad toledana de Villaseca de La Sagra, Jesús Hijosa, donde los militares han establecido su base desde el pasado sábado.
En esta línea, el pasado viernes se halló una bomba con unos 12 kilos de explosivo que no llegó a estallar porque no había sido completada.
El Ejército vigila también la vía del AVE a su paso por la provincia de Ciudad Real, al sur de la de Toledo, así como el complejo petroquímico de Puertollano, los embalses del Alto Tajo y las centrales nucleares de Trillo y Zorita.
Por su parte, la Guardia Civil (policía militarizada) se encarga de la vigilancia de la línea de ferrocarril que parte de la estación madrileña de Chamartín hacia el norte de España.
El lunes, el diario conservador "ABC" publicó un supuesto comunicado del "Grupo Ansar", que dice ser la representación de Al Qaeda en Europa, en el que se amenazaba a España con convertirla "en un infierno" si no se retiran inmediatamente las tropas españolas de Irak y Afganistán.
Las fuerzas de seguridad sospechan que la célula terrorista desarticulada el sábado pretendía cometer más atentados tras el 11-M, que dejó 191 muertos y más de 1.500 heridos. El sábado, entre cinco y seis terroristas relacionados con la matanza se volaron por los aires en una vivienda de la localidad madrileña de Leganés, tras ser acorralados por las fuerzas de seguridad.
En la explosión murió además un agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y varios resultaron heridos. De estos últimos, dos permanecen hospitalizados, uno de ellos grave, informaron hoy fuentes sanitarias.