WASHINGTON.- El testimonio de la consejera de Seguridad Nacional de EE.UU., Condoleezza Rice, ante la comisión que investiga los atentados del 11-S no convenció a los familiares de las víctimas de los atentados que estuvieron presentes en la comparecencia.
Rice declaró durante casi tres horas ante la comisión para afirmar que "no había una solución mágica que hubiera podido prevenir los atentados" y defender la actuación del gobierno del presidente George W. Bush en los meses previos al ataque.
Al término de su intervención, Rice habló con algunos de los familiares presentes en la audiencia, celebrada en el Congreso.
Algunos le agradecieron por comparecer públicamente y bajo juramento, después de que la Casa Blanca se negara durante meses, pero otros le recordaron que debe asumir su responsabilidad por lo ocurrido.
Carie Lemack, cuya madre murió a bordo del vuelo 11 de American Airlines estrellado contra una de las Torres Gemelas de Nueva York, se acercó a Rice para decirle: "Responsabilidad, señora, responsabilidad. Queremos saber toda la verdad".
La consejera no evitó pararse ante los familiares, alguno de los cuales, como Rosemary Dillard, que perdió a su marido en el avión utilizado contra el Pentágono, incluso le dio un abrazo.
No obstante, como la mayoría de familiares, Dillard dijo no haber encontrado todas las respuestas que esperaba en la intervención de Rice, que consideró "demasiado política", y expresó su escepticismo acerca de que algún día se sepa toda la verdad sobre el 11-S.
Como ya ocurriera hace dos semanas al comparecer ante la comisión el ex asesor de la Casa Blanca en materia de terrorismo Richard Clarke, que acusó a Bush de haber ignorado la amenaza de Al Qaeda, las familias llenaron la sala.
Rice fue escuchada con mucha atención, sobre todo cuando fue interrogada por los dos miembros más incisivos de la comisión, los demócratas Bob Kerrey y Richard Ben-Veniste.
En una petición que luego oficializó el presidente de la comisión, el republicano Thomas Kean, Kerrey y Ben-Veniste exigieron la desclasificación de un memorándum presentado a Bush el 6 de agosto de 2001 en el que se advertía de que se había detectado la presencia de "células durmientes" de Al Qaeda en EE.UU.
La petición fue recibida con aplausos por los familiares, que, al igual que los comisionados, dijeron que si el documento no era una advertencia sino una recopilación de datos históricos, como defendió Rice, no debería haber objeción a desclasificarlo.
"La gente podrá decidir así, por sí misma", si el informe compromete o no a la Casa Blanca, dijo Ben-Veniste.
Los familiares también lamentaron que la principal asesora de Bush no pidiera perdón por los fallos que se pudieron cometer para evitar la matanza del 11 de septiembre, en contraste con lo que hizo hace dos semanas Clarke, quien se disculpó personalmente.
Rice, pese la fuerte tensión política y el interés que rodearon su comparecencia, retransmitida en directo por las principales cadenas de televisión, se mantuvo muy tranquila y firme en su argumentación.