CHAPEL HILL, Carolina del Norte.- Astrónomos de la Universidad de Carolina del Norte culminarán esta semana 18 años de trabajo y sueños de poner en funcionamiento un poderoso telescopio en las altas cumbres de la Cordillera de los Andes.
Astrónomos y técnicos en la cima de un monte de 2.632 metros en el norte de Chile esperan celebrar el fin de los trabajos de construcción del Observatorio Austral de Investigaciones Astrofísicas, capturando imágenes del cosmos para enviarlas a donantes y autoridades reunidas el próximo viernes en el Planetario y Centro Científico Morehead en Chapel Hill.
El telescopio costo 32 millones de dólares, 30 por ciento más de lo previsto. Los científicos de la universidad tendrán 124 medias noches de observación por año.
El observatorio tendrá ventajas importantes sobre otros telescopios en el planeta. El lugar está lejos de las luces y la contaminación de las ciudades. Los vientos son suaves y las lluvias escasas. Además, el cielo del hemisferio sur está menos explorado que el norte, donde abundan más los telescopios potentes.
Con sus instrumentos infrarrojos, el OAIA brindará las imágenes más nítidas, superadas sólo por las del orbital Hubble.
Los socios de la Universidad de Carolina del Norte en el emprendimiento son Brasil y la Universidad del Estado de Michigan.
La sala de control en la UNC-Chapel Hill, desde la cual los científicos operarán el telescopio a distancia, ya está instalada. El espejo principal llegó a Chile en enero.
El telescopio ya empieza a atraer a personalidades importantes de la investigación. A los 30 años, Dan Reichart recibió un reconocimiento por sus investigaciones de los rayos gama, explosiones de energía emitidas por estrellas colapsadas.
Por tratarse de los objetos más distantes del universo, sus emisiones pueden tardar 10.000 millones de años en llegar a la Tierra. Por eso permiten vislumbrar un pasado muy remoto.
