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Conmoción en Italia por asesinato de rehén en Irak

El país está en estado de shock, y en vista de la dura posición del gobierno, ahora todos se preguntan qué va a pasar con los otros tres rehenes italianos.

15 de Abril de 2004 | 11:09 | Agencias
ROMA.- La última imagen que los italianos vieron del rehén en la televisión mostraba a un hombre joven sin afeitar, con una camiseta marrón y los ojos vacíos y tristes. Dos días después, el agente de seguridad de 36 años estaba muerto por un tiro en la nuca disparado por milicias iraquíes.

"Sangre en Italia", titula hoy con indignación el periódico romano "La Repubblica". El ministro del Exterior, Franco Frattini, opinó con sentido nacionalista: "Murió como un héroe".

El país está en estado de shock, y en vista de la dura posición del gobierno, ahora todos se preguntan qué va a pasar con los otros tres rehenes italianos.

Fabrizio Quattrocchi, que había viajado a Irak apenas a principios de abril, sabía que se metía en un negocio peligroso. El motivo que lo atrajo allí fue la gran cantidad de dinero que le ofrecían y no le dijo a su familia adónde iría.

"Ganaba 10.000 euros al mes (casi 12.000 dólares)", explica "La Repubblica", "pero a cambio ponía su vida en peligro". Quattrocchi, fan de la lucha libre, había trabajado antes en Génova como agente de seguridad, como portero en locales nocturnos, pero en los últimos tiempos se había desempeñado como panadero. Antes había querido ser enviado a Afganistán, pero el Ejército lo rechazó.

Los secuestradores hicieron realidad muy rápido sus amenazas. Roma ha puesto desesperadamente a trabajar a sus servicios secretos para encontrar canales de contacto con ellos. "Esperábamos que se tratara de combatientes tribales locales", cita la prensa a un experto. "Pero al final todo parece indicar hacia una banda de presuntas guerrillas sunitas".

En Italia está aún muy fresco el recuerdo de lo ocurrido en noviembre pasado, cuando en un ataque suicida murieron en Nasiriya 19 italianos. Los muertos fueron honrados como héroes al volver a casa.

Incluso después de la toma de rehenes, el Primer Ministro, Silvio Berlusconi, sigue muy duro en su posición y prometió no modificar nada en la misión de sus 3.000 soldados en Irak.

Por el momento, la izquierda no ha salido a la palestra, pues en tiempos de guerra y necesidad a la oposición no le gusta atacar. Mientras tanto, la población espera indefensa y con nerviosismo las próximas noticias: los secuestradores ya han amenazado con más muertes.
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