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Ex comandos chilenos cuentan las razones de su regreso de Irak

Cuatro ex miembros de las Fuerzas Armadas llegaron hoy a Chile luego de una breve experiencia en el convulsionado país árabe. Dos no hablaron, uno se quejó por problemas con la empresa que los contrató y otro asegura que quiere regresar.

22 de Abril de 2004 | 17:23 | Felipe Gálvez T, El Mercurio en Internet

El ex carabinero asegura que le gustaría volver a Irak.
SANTIAGO.- El abrazo con su madre se prolongó por varios segundos. Ella lo sujetó firme y le regaló muchos besos, mientras él sonreía con la emoción del reencuentro. Un momento seguramente esperado por ambos, quizás más por ella que por él, pero en definitiva un instante que deja atrás un período de incertidumbre y temor: el ex carabinero Luis Antonio González Holms regresaba de Irak, lugar donde ejerció de guardia privado.

Cargado de bolsos y agotado tras más de 20 horas de viaje, Luis Antonio pasa por policía internacional luciendo en su pecho una chapita que recuerda su corta estadía en las tierras del Euphrates, donde permaneció por casi dos meses contratado por la empresa Blackwater, que llevó a unos 130 chilenos para resguardar la seguridad de edificios públicos en algunas ciudades.

Eran los denominados "ex comandos" o incluso "mercenarios", todos ex miembros de alguna rama de las Fuerzas Armadas que, tentados por los casi tres mil dólares (1,8 millones de pesos) mensuales que les pagarían, se atrevieron a entrar en el territorio hostil de la posguerra por la que atravesaba Irak.

Pero la tentadora oferta no preveía que la situación se volvería tan complicada en el país árabe. La tranquilidad tras la guerra nunca volvió del todo y en el último mes quedó demostrado que la lucha entre la resistencia y la coalición cobraba vidas a diario, sólo en abril hubo más de 600 muertos.

Entonces se temió por la vida de estos arriesgados hombres que habían dejado en Chile a sus esposas e hijos en busca, en algunos casos, de adrenalina y de dinero en otros.

Las noticias de su eventual regreso se hicieron latentes, en especial luego de que en Falluja, ciudad al oeste de Bagdad, una turba de civiles matara, mutilara y quemara a cuatro instructores contratados por la misma empresa que llevó a los chilenos.

Pero las razones de seguridad no serían las únicas que determinaron el pronto regreso de los ex comandos. El martes pasado el ex infante de marina Jorge Ramírez Zúñiga retornó por problemas de salud, al no poder ambientarse a las altísimas temperaturas de verano (llegan hasta los 50°C) que empiezan a hacerse habituales en el desértico país del Medio Oriente.

Pero no pocos han tenido problemas relacionados con la empresa que los contrató. Así al menos lo reconoció el ex sargento de la Fuerza Aérea Marcos Yáñez, quien tras arribar hoy a Santiago y sin entrar en detalles, reconoció que rescindió su contrato "por incumplimiento de parte de la empresa. Hubo una serie de condiciones que no cumplieron".

Otros dos chilenos, Augusto Arrieta, ex infante de marina, y Jorge Avello, que perteneció a la Fuerza Aérea, ni siquiera quisieron hablar con la prensa para explicar las razones de su regreso.

Quien sí habló fue Luis González. El ex carabinero ("a mucho orgullo") sostuvo que la única razón que tuvo para regresar a Chile fue el nacimiento de su hija en marzo pasado.


En Irak aún quedan más de 100 chilenos cumpliendo labores de seguridad.
Su misión fue resguardar edificios en la ciudad de Al Samawah, al sur de Irak, una de las localidades con menor peligro, como él mismo lo asegura, pero no por ello exenta de riesgos. "El clima que se vive es violento de guerra, no sé si llamarlo de guerra, pero hay disparos y ese tipo de cosas", explica.

González asegura que ningún chileno ha participado directamente de enfrentamientos, ya que sus labores fueron de seguridad en un edificio de civiles y que no participan de patrullajes "porque lo tenemos prohibido".

Aunque asegura que no tenían miedo por encontrarse en medio de una guerra, reconoce que los impactó bastante la muerte de los instructores en Falluja. "A uno lo ubicábamos, pero no fue instructor directo nuestro".

El ex carabinero fue insistente en repetir que las condiciones de trabajo eran buenas. "Estábamos bien, el trato era bueno y poco a poco se fueron cumpliendo las cosas. Yo en lo personal no tengo ningún problema con la empresa, tengo cancelados mis sueldos", reconoció sereno, rechazando la existencia de incumplimientos como en el caso de su compañero.

Además, tuvo palabras para alabar el trabajo realizado por los chilenos. "Las Fuerzas Armadas chilenas son lo mejor que hay. Al lado de otros ejércitos hemos andado mejor. Todo perfecto, profesionalismo 100 por ciento", sostuvo.

Actualmente quedan alrededor de 100 chilenos en Irak, aunque ninguno tendría por el momento intenciones de retornar. González incluso se atreve a mencionar que "si Dios quiere y todo resulta bien me gustaría volver de nuevo".