WASHINGTON.- El Presidente de EE.UU., George W. Bush estudia lanzar un ataque contra la ciudad iraquí de Falluja, y podría dar la orden hoy mismo, a pesar del riesgo político de generar más revueltas populares, según informa hoy el diario The New York Times.
Fuentes oficiales indicaron hoy que Bush, que pasa el fin de semana en la residencia de Camp David, celebró una telefoconferencia el sábado con jefes militares y sus principales asesores de seguridad nacional para estudiar la situación en Irak, sobre todo en Falluja.
Las fuentes añadieron que la conversación sirvió para que Bush estudiara con el general John Abizaid, jefe del Mando Central de las Fuerzas Armadas, la última información sobre la situación en Falluja y la preparación de las unidades de Infantería de Marina que cercan la ciudad.
El administrador civil de Irak, Paul Bremer, y el jefe de las tropas de EEUU en el país, general Ricardo Sánchez, visitaron Falluja este sábado para conversar con los responsables militares del asedio.
También este sábado, los militares estadounidenses en Irak insistieron en que las condiciones para el alto el fuego en la ciudad, especialmente la entrega de armas de las milicias, no se estaban cumpliendo.
’’Si los beligerantes de Falluja no demuestran buena fe, la coalición está preparada para actuar’’, aseguró el general Mark Kimmitt.
Según el ’’Times’’, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha manifestado sus dudas acerca de que los ’’notables’’ de la ciudad con los que EEUU dialoga tengan algún poder de influencia sobre los insurgentes opuestos a la ocupación estadounidense.
En la decisión de Bush influirán las consecuencias negativas que un ataque a gran escala contra la ciudad, de unos 300.000 habitantes, pueden tener entre la opinión pública iraquí, ya que podría aumentar el resentimiento hacia EEUU, y también en los demás países árabes.
Falluja, situada al oeste de Bagdad en el llamado ’’triángulo suní’’, es una de las ciudades donde ha habido más resistencia armada a la ocupación estadounidense. El Pentágono calcula que en la ciudad hay unos 2.000 milicianos armados dispuestos a combatir a sus tropas.
La actual ofensiva de EE.UU. se originó en el asesinato, a finales de marzo, de cuatro guardaespaldas paramilitares estadounidenses, cuyos cadáveres fueron posteriormente mutilados y vejados por una multitud de la ciudad.
Desde hace semanas, los ’’marines’’ estadounidenses mantienen conversaciones con dirigentes locales para tratar de desarmar a las milicias y evitar el asalto de la ciudad.