LA HABANA.- Un disidente ciego fue condenado el lunes a cuatro años de cárcel y otros ocho a penas menores, en el primer proceso en Cuba contra la disidencia desde el encarcelamiento el año pasado de 75 opositores, dijo una fuente de la oposición.
En un juicio que empezó este mismo lunes por la mañana, el abogado invidente y activista de derechos humanos Juan Carlos González Leyva fue declarado culpable de desacato al jefe del Estado, resistencia al arresto, desobediencia y desorden público, según la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
Al juicio, celebrado en el Tribunal Provincial de Ciego de Avila, en la región central de la isla caribeña de gobierno comunista, sólo se permitió la entrada a familiares de los acusados, según la fuente.
"De los seis años de cárcel que le pedían a González Leyva le condenaron a cuatro, y a los otros a penas menores que aún no hemos confirmado, según nos han informado las familias", dijo Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión.
Los acusados eran inicialmente 10, pero uno de ellos reveló durante el juicio que era un agente de la seguridad del Estado, según Sánchez, quien no quiso dar más detalles.
Los 10 acusados fueron detenidos el 4 de marzo del 2002 cuando acudieron a un hospital de Ciego de Avila a visitar a un periodista independiente que supuestamente había sido agredido por la policía. Desde entonces han estado encarcelados a la espera de juicio.
Antes de este arresto, González Leyva, presidente de la pequeña Fundación Cubana de Derechos Humanos, había denunciado maltratos de la policía. En una ocasión, según su testimonio, agentes de la seguridad del Estado le golpearon en la cara, le quitaron los documentos y lo dejaron abandonado a una hora de su casa sin su bastón.
El año pasado, en el peor golpe en décadas contra la disidencia cubana, fueron arrestados en marzo en una redada en toda la isla cerca de un centenar de opositores y periodistas independientes, y 75 de ellos fueron condenados en abril a penas de hasta 28 años de cárcel.
Todos fueron acusados por las autoridades de conspirar junto a Estados Unidos contra el gobierno del presidente de Cuba, Fidel Castro.
En esos juicios sumarísimos se destaparon para actuar como testigos una docena de agentes de la seguridad del Estado, que llevaban años haciéndose pasar por disidentes.
"El juicio ahora contra un abogado ciego y otros disidentes demuestra que continúa la represión política en Cuba", dijo la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch, con sede en Washington.
Los disidentes cubanos, considerados por el gobierno como contrarrevolucionarios pagados por Washington, están agrupados en pequeñas organizaciones, divididos entre sí y son desconocidos prácticamente por la mayoría de los cubanos.